AVISO. POR LA NATURALEZA DE LOS TRABAJOS DE ESTE BLOG, EL ARGUMENTO E INCLUSO EL FINAL DE LAS PELICULAS SON REVELADOS.

Mostrando entradas con la etiqueta héroe. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta héroe. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de junio de 2019

LA HISTORIA INTERMINABLE (Wolfgang Petersen, 1984): Duelo y viaje del héroe.

A mi Madre...

Cada libro es una aventura de la mente y una invitación a vivir la experiencia de los regalos de la imaginación (Hermann Hesse)

La historia interminable (Die unendliche Geschichte, 1984), es una película dirigida por el director alemán Wolfgang Petersen (director de la reconocida "El submarino" - Das boot, 1981 -), basada en la gran novela de Michael Ende. La historia interminable, en principio película "infantil", se caracteriza, como leí en una interesante crítica, por ser un cine para niños que "no era, ni mucho menos, cine infantilizado como el que después hemos tenido que soportar". [1] Y es ese un comentario que me parece destacable, porque cuando hablamos de que un cine para niños no es un cine infantilizado quiere decir que es también un cine para adultos. A partir de la historia inicial de Bastian (Barret Oliver), un niño cuya madre ha fallecido recientemente, la historia interminable nos ofrece dos posibles lecturas que, distintas a la vez, no obstante son complementarias, pudiéndose ambas contemplar desde el clásico tema del "Viaje del héroe" tal y como fue descrito por Joseph Campbell y C. G. Jung. Por un lado, tenemos el duelo de la muerte de la madre que, a la vez, coincide con el fin de la infancia, pero con un fin de la infancia relacionado con una entrada en un mundo adulto que también parece significar el fin de la fantasía, y de ahí que, tanto el libro como la película, se erigen como una crítica social que si en los años ochenta ya era acertada, mucho más lo es en la actualidad. Esta dimensión de acceso a una "realidad" árida aparece representado por el padre de Bastian (Gerald McRaney), cuando al inicio de la película le dice: "... procura tener siempre los pies en el suelo. Deja de soñar despierto y empieza a ver las cosas como son en realidad".  


Bastian, el protagonista de la película.

I. EL ENCUENTRO Y EL INICIO DE LA AVENTURA.

Bastian se nos presenta como un niño tímido y un tanto apocado,  acosado por algunos chicos bravucones dela escuela y por un padre que no lo atiende suficientemente y que le precipita en el mundo adulto. Justo después de uno de estos acosos, del cual huye, se refugia en la librería Koreander, cuyo encuentro con su librero cascarrabias va a constituir el inicio del viaje del héroe para nuestro pequeño protagonista. Como todos los viajes del héroe la historia se inicia, tal y como Joseph Campbell nos mostró con sus estudios sobre el tema, con un encuentro imprevisto en el que sucede algo que va a perturbarle profundamente, lanzándole a un camino que no es más que el camino de encuentro con unos mismo. Así aparece el misterioso libro que está leyendo el librero Koreander, el cual provoca con sus comentarios que Bastian lo coja prestado: La historia interminable.

El libro se erige, en consecuencia, en el mentor del joven, pues él realizará la función de acompañarle a través de sus páginas en la que va a transformarse en su propia aventura. En una entrevista realizada a Michael Ende dice acerca de su novela:

Cuando nos fijamos un objetivo, el mejor medio para alcanzarlo es tomar siempre el camino opuesto. No soy yo quien ha inventado dicho método. Para llegar al paraíso, Dante, en su Divina comedia, comienza pasando por el infierno. Para descubrir las Indias, Cristóbal Colón levó anclas en dirección a América. Para encontrar la realidad hay que hacer lo mismo: darle la espalda y pasar por lo fantástico. Ése es el recorrido que lleva a cabo el héroe de La historia interminable. Para descubrirse, a sí mismo, Bastian debe primero abandonar el mundo real (donde nada tiene sentido) y penetrar en el país de lo fantástico, en el que, por el contrario, todo está cargado de significado. Sin embargo, hay siempre, un riesgo cuando se realiza tal periplo; entre la realidad y lo fantástico existe, en efecto, un sutil equilibrio que no debe perturbarse...  [2]

Joseph Campbell, C. G. Jung o Erich Neumann podrían subscribir ese texto sin problema.


El librero Coreander.

El inicio de la lectura del libro (en una habitación abandonada en el colegio) nos pone en contacto con algunos de sus personajes fundamentales:

- La Nada, descrita como una enorme devoradora que va destruyendo y acabando con el mundo de fantasía y a la que, en relación a la historia, la podemos entender desde dos puntos de vista:

1) Como el mundo depresivo que afecta a Bastian tras la muerte de su madre. Recordemos que el inicio de la película comienza con Bastian despertando de una pesadilla y que, momentos más tarde, le cuenta a su padre que ha vuelto a soñar con su madre, a lo que éste le responde fríamente: "Es natural hijo, pero tenemos que acostumbrarnos a que tu madre ya no está con nosotros... Los dos hemos de hacer un esfuerzo para no dejar que la muerte de mamá no sirva de excusa para cumplir nuestras obligaciones".

2) Como el acceso a la "realidad" que, a través del padre, se propone, y que, por decirlo en lacaniano, oculta el núcleo de esa nada como un "real" que implica la muerte de la imaginación y la fantasía, y cuyo máximo exponente es nuestra actual sociedad de consumo y de distracciones permanentes. El paso del niño al adolescente, y de éste al joven y al adulto, implica un gradual proceso que conlleva una desesperación de la que hablaremos posteriormente, una depresión aparentemente no obvia, pero que podemos considerar un estado subdepresivo en el que la vida transcurre sometida a una visión productiva (Byung-Chul Han) y en la que el tener substituye al ser (E. Fromm, H. Marcuse).

- Atreyu (Noah Hathaway), el joven guerrero, un niño como Bastian, que llegado de las grandes llanuras de Fantasía deberá afrontar cerrar el paso a la Nada sanando a la Emperatriz del reino de Fantasía, aquejada de una enfermedad relacionada con esa Nada. Obviamente, Atreyu es el "alter ego" de Bastian ("es un chico como yo" - dice sorprendido -), no tanto en el sentido de la sombra junguiana,  como de los aspectos de algunos de sus aspectos integrados positivamente en la personalidad como el valor, el coraje y la determinación propios del arquetipo del héroe. Esta dimensión se confirmará en la prueba del espejo, de la que hablaremos posteriormente.


Atreyu junto a su caballo Artax.
- La Emperatriz infantil (Tami Stronach) del reino de Fantasía, que aunque no es mostrada en este momento - no lo será hasta el final - es una niña como Atreyu o Bastian. Siguiendo el esquema de las leyendas arturianas - cuya deuda Michael Ende reconoce -, Atreyu será "el héroe-caballero" que se lanzará a la aventura para salvar a su "emperatriz" y su reino. En ese sentido, podemos considerar a la Emperatriz infantil como una representante del arquetipo del ánima que atrae a Bastian, a través de Atreyu, a recuperar la energía de su vida, una vida que debe seguir adelante. De ella Atreyu recibe a Auryn, el símbolo de la emperatriz infantil, que actuara como uno de los clásicos amuletos que ayuda al héroe en su viaje. 


La emperatriz infantil.
Desde los dos aspectos que hemos considerado de "La Nada", también podemos considerar a la Emperatriz infantil como:

1) La posibilidad de reconexión de Bastian con la energía de la vida para salir de la dimensión depresiva en la que le mantiene el duelo melancólico por su madre.

2) El mismo tipo de reconexión con la energía de la fantasía necesaria para afrontar realmente al acceso a hacerse hombre, entendido éste acceso como un camino no sólo hacia la socialización, sino también hacia la propia individuación, sin quedar presa exclusivamente de los contenidos colectivos que se nos imponen (recordemos la frase del padre: que la muerte de mamá no sirva de excusa para cumplir nuestras obligaciones. En ningún caso se habla, como diría Lacan en el Mayo del 68, de cumplir nuestros deseos).

En ambos casos reconocemos en las anteriores palabras de Michael Ende el camino del héroe, entendido este como un viaje hacia el propio interior: Para descubrirse, a sí mismo, Bastián debe primero abandonar el mundo real (donde nada tiene sentido) y penetrar en el país de lo fantástico, en el que, por el contrario, todo está cargado de significado.

- Finalmente tenemos a Gmork, una especie de gran perro o lobo negro, encarnación de La Nada, que tiene como función impedir que Atreyu realice su cometido. Coincide con el "guardián del umbral", personaje o entidad descrito por Campbell que tiene como función evitar que se cruce el umbral que da acceso al mundo de lo desconocido, y donde más allá de las tinieblas y el peligro que lo caracterizan, reside también la verdad que sana, en un claro paralelo con los versos de Hölderlin que dicen: "Allí donde está el peligro / crece también lo que salva". 


Gmork

Gmork representa el gran enemigo de Atreyu, aunque esencialmente de Bastian, es decir, el miedo, sobretodo el miedo que paraliza, que tiende a asustar y a complicar el acceso del héroe a su iniciación. El miedo que, como dice también Michael Ende, en relación con el camino de la fantasía implica un riesgo, y es que "entre la realidad y lo fantástico existe, en efecto, un sutil equilibrio que no debe perturbarse: separado de lo real, lo fantástico pierde también su contenido." [3]

En realidad Bastian se enfrenta a este equilibrio sutil en el que se trata no de entrar en una realidad árida, sin lugar para la fantasía, como tampoco de refugiarse en la fantasía desentendiéndose de la realidad. Todo viaje hacia el interior de uno mismo es un viaje de retorno a la realidad a la que, no obstante, volvemos con las perlas halladas en las imágenes que ese mundo interno nos ofrece, retornamos como un ser más individuado - que no individualista -.

II. EL CAMINO DE LAS PRUEBAS.

Tras partir de la Torre de Marfil, sede de la emperatriz infantil, empieza la iniciación que significan el camino de las pruebas para Atreyu. Dicho camino se caracteriza por la entrada en un extraño mundo de ambigüedad, entre lo onírico y la pesadilla, y en la que el héroe encontrará distintas ayudas que le permitirán afrontar los desafíos que le esperan.

- Los pantanos de la tristeza y la vieja Morla: depresión y melancolía.

Tras recorrer distintas regiones sin éxito, Atreyu deberá entrar en los pantanos de la tristeza, un lugar deprimente en el que, no obstante, vive la vieja Morla, considerada el ser más sabio de Fantasía. En el pantano deberá luchar contra una tristeza de naturaleza melancólica que se llevará a Artax, su caballo.  Recordemos, en relación al duelo de Bastian por la muerte de su madre, que uno de los problemas de la depresión melancólica tienen que ver con una renuncia al deseo y a los conflictos que comporta, lo cual, trasladado a Bastian, se refiere al miedo a enfrentar la vida, a hacerse mayor. Esta ausencia de deseo la hallamos también en Morla, quien como toda respuesta a Atreyu tiene un "Nada tiene importancia .. Todo da igual... Olvídalo" o "morir por lo menos sería algo". La definición de que la depresión es también el rechazo al inconsciente (Lacan), podría leerse en Morla como el abandono ya de todo interés por la muerte de la fantasía. Encontramos este rechazo tanto al deseo, como indiferencia al futuro de fantasía, cuando tras estornudar le dice a nuestro joven guerrero: "es que tenemos alergia a la juventud".


La vieja Morla y Atreyu.
No obstante, finalmente, Morla le dirá a Atreyu, y tras la insistencia e inteligencia de éste, hacia donde debe dirigirse para encontrar la solución a la enfermedad de la Emperatriz infantil: el Oráculo del Sur... a diez mil millas de distancia. Atreyu, desolado por lo insalvable de esta distancia intenta salir de los pantanos, viéndose invadido por su mortal tristeza, así como perseguido por Gmork. Pero justo en el instante final, cuando parece hundirse en la ciénaga, o que Gmork va a atraparle, aparece otra de las ayudas con las que contará: el dragón blanco Fújur.

- La puerta de las esfinges: el miedo y la duda.

Si en el pantano de la tristeza Atreyu se enfrentó a la depresión melancólica, ante la Puerta de las Esfinges - al cual le llevará Fújur -, se enfrentará al miedo y la duda. Allí contará también con la ayuda de dos viejos gnomos, Urgl, la mujer gnomo que le curará de sus heridas, y Enguivuck, el hombre gnomo que le mostrará el oráculo (dos grandes esfinges a través de las cuales debe pasarse) y le explicará algunos de sus secretos.


El dragón blanco Fújur.

Efectivamente, cuando el miedo se adueña de nuestros corazones cede la confianza y, en consecuencia, se apodera de nosotros la duda que, a su vez, hace flaquear el convencimiento y la determinación. Esto es lo que observa Atreyu a través del telescopio del viejo gnomo, quien ve un caballero acercarse al oráculo y disponerse a cruzarlo, siendo fulminado por unos rayos lanzados desde los ojos de las dos esfinges... Las esfinges aparecen de nuevo como "guardianes del umbral", como obstáculos a sobrepasar antes de llegar al destino del héroe.

Atreyu marchará hacia el oráculo con ese convencimiento y determinación, buscando fuerza en el amuleto Auryn, pero cerca del cadáver del caballero, al contemplar su rostro calcinado, le llegará el miedo, y la duda le invade. Es entonces cuando las esfinges empiezan a abrir sus ojos, pero ante los gritos de que pase de Bastian (primer contacto de Fanatasía con el mundo humano), Atreyu recompondrá su confianza y determinación y logra pasar antes de que las esfinges lancen sus rayos.


La Puerta del Enigma.
- La puerta del espejo mágico: la confrontación con "la sombra".

La puerta del espejo mágico trata el tema de la confrontación con la Sombra como nos diría Jung. Y así lo indica Enguivuck cuando le dice a Fújur: "Tendrá que enfrentarse consigo mismo mirándose al espejo [...] allí la gente amable descubre que es cruel y los valientes que, en realidad, son cobardes. En el espejo mágico se ven tal como son y la mayoría de los hombres huyen aterrados". Así Atreyu lo encontrará en un lugar gélido azotado por una fuerte ventisca de nieve. Al llegar  a él se reflejará en el espejo, y en su superficie, poco a poco, se definirá la imagen de Bastian.

En realidad, quien pasa está prueba es el propio Bastian, quien al leer lo que sucede le convierte a él en la sombra de la imagen de Atreyu el guerrero como Bastian el cobarde.  Lanza entonces al suelo, asustado, el libro: ¿Cómo es posible que alguien me conozca a mí en fantasía? - dice -. Tras sus dudas iniciales decide continuar con la lectura del libro, momento en el cual vemos a Atreyu atravesar la superficie del espejo. 

La contralectura a aquello que dice Engivuck de que allí los valientes descubrirán que son cobardes, es también justamente la contraria, que los cobardes pueden ser valientes. Aquella valentía que Bastian necesitará para superar el duelo y continuar con su vida, de la misma manera que continuar con ella no sólo es cuestión de los pies en el suelo, sino también de llevarlos al cielo, uniendo  así realidad y fantasía, mundo externo y mundo interno.

Es también en este momento donde toma más fuerza lo que antes ya se había atisbado... la conexión de fantasía con la realidad del mundo humano a través del vínculo de Bastian con Atreyu.


El encuentro de Bastian con Atreyu en El
Espejo Mágico.

- El Oráculo del Sur: El enigma.


Tras cruzar el espejo mágico Atreyu llega al Oráculo del Sur, donde las esfinges (que se están destruyendo por efecto de La Nada) le revelan que para salvar a la Emperatriz infantil se le debe dar un nombre nuevo, pero sólo valdrá si ese nombre es dado por un niño humano. La esfinge también le dice que hallará el mundo humano más allá de los límites de fantasía. Nos encontramos una vez más con el nexo de unión entre el reino de fantasía y el mundo humano. Atreyu parte con Fújur para encontrar estos límites, pero el encuentro con La Nada le desequilibra y cae al abismo, despertando luego en las playas de La Ciudad de los Espectros.


El Oráculo del Sur.

Esta cuestión del nombre es importante porque, unos instantes más adelante, vemos a Bastian diciendo: "Que pena que no me hayan preguntado a mi lo del nombre, porque mi madre si sabía uno maravilloso". Lo aclararemos al llegar al punto V.

III. EL ENCUENTRO TRAUMÁTICO: LA LUCHA CON EL MONSTRUO.

Es en la Ciudad de los Espectros, donde Atreyu ve toda su historia narrada en unos murales pintados en las paredes de los restod de la ciudad. En uno de esos murales Atreyu ve la imagen de un perro terrorífico. Se trata de Gmork, quien de repente toma vida. Se trata del encuentro clásico encuentro y con el monstruo . Este es el momento decisivo de la iniciación que tuvo su inicio con las pruebas que vimos en el anterior punto. Es muy interesante el diálogo que mantienen los dos protagonistas, antes de que Atreyu se de a conocer como tal a Gmork:

Gmork: Valiente guerrero. Lucha contra La Nada.
Atreyu: No puedo, no se traspasar las fronteras de Fantasía.
Gmork: - riéndose - Fantasía no tiene fronteras.
Atreyu: Eso no es cierto. ¡Mientes!
Gmork: Pequeño necio. ¿Qué sabes tú del país de Fantasía? Es el mundo de la fantasía humana, cada parte de su reino, cada criatura suya, no es más que un trozo de los sueños y esperanzas de la humanidad. Por lo tanto no tiene fronteras.
Atreyu: ¿Por qué se está muriendo Fantasía entonces?
Gmork: Porque los hombres han empezado a perder sus esperanzas y olvidar sus sueños. Por eso la nada avanza cada día más.
Atreyu: ¿Qué es La Nada?
Gmork: El vacío que queda, como una ciega desesperación que destruye este mundo. Yo lo odio y por eso ayudo a La Nada.
Atreyu: ¿Por qué?
Gmork: Porque las personas que no tienen ninguna esperanza son fáciles de dominar. Y quien tiene el dominio tiene el poder.

Demasiadas personas hoy aprenden a vivir sumergidos en la rutina sin ninguna esperanza, entregados a ella y a los sucedáneos de vida que nuestra sociedad compulsiva nos impone lanzándonos de la productividad a la distracción, y viceversa. No se generan deseos genuinos, sino que se compran deseos impuestos. La sociedad imperante no quiere sujetos deseantes, sino sujetos creyentes. No quiere sujetos que quieran y deseen, sino que obedezcan y se resignen (ya lo dijeron Jung y Lacan): es esta la ciega desesperación que destruye el mundo, De alguna manera viven como las personas aquejadas de depresión melancólica... aunque sin saberlo. Sin darnos cuenta somos lanzados a la pulsión de muerte, de la cual el capitalismo, como un cáncer devorador, está destruyendo lo mas preciado que tenemos: nuestra propia casa, la Tierra. El cambio climático, la destrucción de la biodiversidad, la contaminación de los mares y los océanos, etcétera, son su testimonio.

Tras vencer a Gmork, vemos a Atreyu a lomos de Fújur, quien le rescata antes de ser tragado por La Nada (la pulsión de muerte avanzando), y navegando ya por un reino de Fantasía fragmentado y prácticamente a punto de desaparecer. Gracias al amuleto Auryn encuentra los restos del Palacio de Cristal, y ahí se da el encuentro de Atreyu con La Emperartiz de Fantasía.

IV. LA RECONCILIACIÓN CON EL PADRE Y EL REENCUENTRO CON LA DIOSA.

Dice Joseph Campbell: La última aventura, cuando todas las barreras y los ogros han sido vencidos, se representa comunmente con un matrimonio místico del alma triunfante del héroe con la Reina Diosa del Mundo. Esta es la crisis en el Nadir, en el cenit, o en el último extremo de la Tierra, en el punto central del cosmos, en el tabernáculo del templo o en la oscuridad más profunda del corazón. [3]

Esta fase requiere de dos momentos fundamentales:

El primero de ellos, trata de la reconciliación con el Padre, y para ello Bastian debe vencer el mensaje paterno (como introyecto o creencia interioridad, ahora en manos del superó)  que le impide creer que la historia del libro no sólo le tiene a él como protagonista, sino que converge en él como héroe, y que en él reside la solución, la clave para salvar a Fantasía dándole, a su vez, el nombre que la madre había creado a la Emperatriz. Esta, entre ruegos para que le de el nombre, le dice: "¡Bastian, ¿porqué no haces realidad tus sueños?", a lo que él le responde: "¡No puedo... Mi padre dice que tenga los pies en el suelo!".  Sin embargo, y ante la que parece inevitable destrucción de Fantasía, Bastian vence la orden paterna, dando lugar al segundo momento.

El segundo momento está determinado por la liberación del apego materno al darle a la Emperatriz el bello nombre que su madre había creado, "Hija de la Luna".  Con esta donación se simboliza la liberación de su apego y la proyección de su energía hacia delante, hacia la vida, de la misma manera que es deseable que Fantasía y el Mundo humano vuelvan a encontrarse para generar individuos más libres y más críticos. Individuos capaces de generar esperanza, ilusión y creatividad en lugar distracción, deseo e ilusión genuina en lugar del embotamiento que genera el deseo compulsivo.

Ya así, finalmente, en la oscuridad, en "la crisis del Nadir, en el cenit, o en el último extremo de la Tierra, en el punto central del cosmos, en el tabernáculo del templo o en la oscuridad más profunda del corazón..." se encuentran La Emperatriz y Bastian - "al principio siempre está oscuro, le dice la Emperatriz" -, dándose el matrimonio místico. Ella sostiene un grano de tierra brillante, lo único, y lo suficiente, que queda de fantasía. Sólo hace falta que Bastian desee, que vuelva a tener esperanza... cosa que sin duda hace. La película acaba con las siguientes palabras:

Bastian pidió muchísimos más deseos y tuvo otras muchas aventuras maravillosas ante de regresar, por fin, al mundo rutinario de cada día... pero eso ya es otra historia.

Pero algo que si sabemos es que el Bastian que retorna de su historia al mundo cotidiano ya no es el mismo que partió al inicio.

El encuentro de Bastian con la Emperatriz de Fantasía.
__________________

[1] Blog de Spinof: La historia interminable.
[2] El País (22-04-1984). Entrevista: Michael Ende, la realidad de la fantasía.
[3] Campbell, Joseph. El héroe de las mil caras. Fondo de Cultura económica, pág.

__________________

PELÍCULAS RELACIONADAS.


IT:LA INFANCIA ES OTRA COSA (II). EL VIAJE DE RETORNO Y EL VIAJE DEL HÉROE.

Tommy Lee wallace (1990)







UN MONSTRUO VIENE A VERME: SOLEDAD Y CULPA EN LA INFANCIA.

Antonio Bayona (2016)



lunes, 20 de agosto de 2018

AVATAR: Del narcisismo egocéntrico al narcisismo trófico.

Avatar (2009) es una película de James Cameron que transcurre en una luna extraterrestre llamada Pandora, que orbita alrededor del planeta Polifemo, y en el que se nos presenta un conflicto que no es más que un reflejo del que mantenemos hoy en día en nuestro propio planeta Tierra, un conflicto entre lo que se ha dado en llamar "Civilización" con relación a la Naturaleza. Una manera de enfocar mejor este conflicto es, como se nos muestra en la película, contemplarla como el conflicto establecido entre el narcisismo egocéntrico humano en su dimensión más patológica - su dimensión colonizadora y explotadora -, y que el hombre occidental ha cultivado con tanto ahínco, y en el que ha quedado demostrado que el gran desarrollo de su saber y de su individualidad, está muy lejos de estar acompañado por la sabiduría, y que encontrará su contrapunto en los Na'vi, una raza humanoide habitante de la luna de Pandora, que vive en perfecta comunión con la Naturaleza, en aquello que el antropólogo Lucien Lévy-Bhrul, llamó "participación mística", una manera de formar parte humildemente del mundo que nos rodea y del misterio que le inviste. En el mundo de la participación mística  todo es significativo, todo está conectado, todo tiene alma y es digno de respeto. El saber del hombre occidental, caracterizado por la búsqueda del desvelamiento del misterio de la existencia, pero paralelamente por el desarrollo tecnológico en un mundo cuyo motor esencial es el capital, ha dado desgraciada forma a las palabras de Jung que ya decía en 1941: "Desde tiempos inmemoriales siempre estuvo dotada la naturaleza de alma. Ahora, por primera vez, vivimos una naturaleza desanimada y desmoralizada".

Desde el punto de vista psicológico, el desenrraizamiento que sufrimos de la Naturaleza, la substitución drástica, sin ritual de paso, que hemos sufrido de la participación mística al conocimiento científico y al desarrollo tecnológico, así como al capital como motor esencial del planeta, no ha hecho más que potenciar las relaciones de dominación y explotación, que junto al desarrollo progresivo del individualismo y la competitividad, determinan las relaciones propias del narcisismo egocéntrico donde el formar parte o el sentimiento de pertenencia ha sido substituido por el posesivo "es mío" o el "me pertenece". El alma ha sido substituida por el objeto, el ser por el tener, o el vivir por el producir, como tan claro nos ha mostrado el fiósofo Byung Chul-Han en su ensayo sobre "La sociedad del cansancio".

En la anterior cápsula de cine y psicología, Interstellar (pulsa aquí para acceder a la entrada), citaba un texto de Jung, que ya he repetido en numerosas ocasiones,  y en la que el psicólogo suizo vincula el absurdo o el sentido de la vida con una cuestión de temperamento, es decir, de actitud del ser humano. En Avatar veremos ambos temperamentos claramente diferenciados. Por un lado tenemos el absurdo, representado por la empresa privada que pretende explotar un mineral llamado inobtenium, cuya cara visible en lo ejecutivo es Parker Selfridge (Giovanni Ribisi) y en lo paramilitar el Coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), que se nos presentan como perfectos ejemplos del narcisismo antropocéntrico y egocéntrico; por el otro lado tenemos el sentido, representado por la doctora Grace Augustine (Sigourney Weaver) y sus investigadores, y la nativa na'vi Neytiri (Zoe saldaña), y por extensión los Onomaticaya (el poblado na'vi al que pertenece Neytiri), ambas, cada una en su dimensión, unidas para preservar su cultura y la fantástica biodiversidad del planeta, así como su relación determinada por la "participación mística", representada en esencia por tres árboles con distinta simbología: el árbol madre, la dimensión protectora, el árbol alrededor del cual se desarrolla la vida del poblado; el árbol de las almas, el centro neurálgico de Pandora, donde el espíritu de Eywa se manifiesta con más fuerza, manteniendo la conexión de todo el ecosistema o red biológica de Pandora, y el árbol de las voces, el árbol de los ancestros, a los cuales se les puede escuchar e incluso consultar en busca de algunas respuestas. Se supone que viven dentro de Eywa. Tres árboles, tres simbologías relacionadas con la participación mística: Protección, conexión y trascendencia.

El árbol madre

Jake Sully (Sam Worthington), es el clásico ejemplo del héroe arquetípico. Marine paralítico para quien la vida ha perdido sentido y que sufrirá la clásica "llamada" tras la inesperada muerte de su hermano gemelo. Irá a Pandora ya que, gracias a tener el mismo ADN, éste le habilita para "entrar" en el avatar na'vi. Más tarde, cuando se pierde en la jungla, y siguiendo a una enfadada Neytiri, será "señalado" por las semillas del árbol de las almas al posarse sobre él, convirtiéndole en una especie de "elegido". Posteriormente, y debido a las órdenes que recibirá del coronel Quaritch, se verá envuelto en la encrucijada de tener que, como dice Jung, ser fiel al absurdo o al sentido.

Jake Sully, gracias a su avatar, experimentará en si mismo el conflicto que sería deseable que todos asumiéramos en algún momento, un conflicto al que podemos definir como la escisión a la que nos conduce el narcisismo egocéntrico (o patológico) o la inclusión, la pertenencia y el compromiso a la que nos conduce el narcisismo trófico. Para establecer las diferencias entre ambos tipos de narcisismo me remito a las siguientes palabras del psicoanalista Luis Hornstein:

El narcisismo patológico consiste, más que en un exceso de amor propio, en su falta crónica y, por ello, el narcisista realiza esfuerzos insaciables por sustituir el amor propio por la admiración externa. El déficit narcisista produce un yo amenazado por la desintegración, desvalorización o por una sensación de vacío interior. En el narcisismo patológico, hay un interés exclusivo por uno mismo mientras que en el trófico ese interés está también dedicado a metas y actividades. Las actividades del narcisismo trófico conciernen a las ambiciones, los ideales, el compromiso con los objetos, y ya no importa casi mantener y promover la identidad y la autoestima, ahora convertidas en productos colaterales de tales actividades. Alcanzada cierta cohesión del yo y de la autoestima, el sujeto es libre de orientar cada vez más su vida no por motivos narcisistas, sino por la realización de deseos. [1] (La negrita es mía)


Las semillas del árbol de las almas posándose sobre Jake.

El viaje de Jake Sully (no olvidemos que el es militar), su viaje del héroe, va a tener que ver con esto: persistir en el narcisismo egocéntrico basado en lograr la dominación, y si es necesario la destrucción de los onomaticaya, y del satélite por añadidura, en beneficio de la explotación del mineral inobtenio, es decir, la desfachatez y ceguera habitual de lo profano en relación a lo sagrado; o bien preservar la cultura y las creencias de los onomaticaya, su participación mística con la Naturaleza, lo que, a la postre, es mantener el equilibrio de la vida y de la existencia de una manera respetuosa y confiriándole una dimensión sagrada. Paralelamente, y a un nivel individual, Jake deberá enfrentarse a la oferta-tentación de Selfridge, quien a cambio de que le pase información sobre los Onomaticaya - es decir, transformarle en "espía" - le promete una operación que le permite recuperar unas piernas que le permitan volver a andar, a la vez que cuanto mas conoce a Neytiri y a los na'vy onomaticaya, más se siente involucrado con ellos y más comprende la relación que mantienen con su ecosistema. Esta tensión que vive Jake es muy clara, pues no es más que la tensión entre el hacerse completo ortopédicamente del narcisismo egocéntrico, el paliar la falta con "tener", o el hacerse completo existencialmente del narcisismo trófico, en el que el respeto y el valor por sí mismo sólo es comprensible cuando es respeto y valor por "el otro" y "lo otro", es decir, cuando la falta es generadora de "ser". Como dice Hornstein: el sujeto es libre de orientar cada vez más su vida no por motivos narcisistas, sino por la realización de deseos. Y qué mayor deseo puede tener un individuo libre que mantener el equilibrio que garantiza la continuidad de la vida y la existencia, el ser del mundo y con el mundo.


Neytiri y el árbol de las voces.

La tensión que individualmente vive Jake Sully, tiene su generalización en la tensión que la civilización occidental ha representado para otras culturas y para el mismo planeta Tierra. La historia del colonialismo en el pasado habla por sí misma (el descubrimiento y la colonización de América o la colonización de Africa, por poner dos ejemplos, es la historia de un desastre detrás de otro: genocidios, explotación y abuso, esclavismo, desenrraizamiento de las culturas aborígenes, guerras de interés, etc.), como habla también por sí mismo el nuevo colonialismo que, hoy en día, representa el neoliberalismo globalizado o capitalismo asalvajado. El desarrollo de la civilización occidental, sustentado esencialmente en la fuerza de la razón, no ha venido acompañada de un conocimiento de las complejidades del psiquismo humano, y es por ello que la civilización occidental, a pesar de su razón, es una civilización de razones esencialmente narcisistas egocéntricas. Y la cuestión que nos plantea Avatar es si, como civilización, seremos capaces de viajar hacia el otro narcisismo, el narcisismo trófico en el que el ser individual es inseparable del ser del mundo, y para ello vamos a necesitar muchos, muchos más Jake Sully que tomen partido por la participación y conservación de la Tierra, y no por su explotación ciega y pulsional que no encierra más que el dominio de la pulsión de muerte.


El árbol de las almas.

____________

[1] Hornstein, Luis. Hacia una clínica del narcisismo
      Ver en enlace: http://www.luishornstein.com/textos/clinicadelnarcisismo.pdf

_____________

PELÍCULAS RELACIONADAS.


Terrence Malick, 2005




domingo, 30 de noviembre de 2014

DECÁLOGO 7 (Krzysztof Kieslowski, 1990): NO ROBARÁS y el arquetipo del niño.

No robarás (Éxodo 20, 15)

Vamos a comentar el séptimo episodio de la serie de Decálogo dedicado al séptimo mandamiento de "No robarás". Decálogo 7 es un extraño episodio que da mucho en lo que reflexionar. El argumento es el siguiente: Ewa (Anna Polony) y Stefan (Wladislav Kowalsky) tienen dos hijas, Majka (Maja Barelkowska) y Ania (Katarzyna Piwowarczyk), la primera dieciséis años mayor que la segunda que es una niña de seis años. La película pronto nos revelará una realidad sorprendente: Ania es en realidad hija de Majka producto de una relación con Wojtek (su profesor de polaco, Boguslaw Linda) cuando tenía dieciséis años. Ewa lo arregló todo para que, aparentemente, Maika continuara con sus estudios y se silenció a Wojtek con la amenaza de los problemas que podría causarle una denuncia por corrupción de menores. Todo lo organiza Ewa, junto a la madre de Wojtek, para apropiarse de Ania y convertirla en su hija (pues deseaba tener más hijos). La trama sigue con la voluntad de Majka de recuperar a Ania como su hija con la que pretende marchar a Canadá. Indicar que todo transcurre ante la sumisa mirada de Stefan, el padre, un individuo absolutamente aplastado por Ewa.

Múltiples miradas pueden observar este episodio, desde la realización de la maternidad interrumpida a la acción de una madre deseante que "roba" la hija de su hija y que manipula a todos para lograr su objetivo. También al resultado de los celos de Ewa por la relación de Majka con Stefan, que en una escena de la película es puesta de manifiesto:

Stefan; Quiere a Anja. Tienes que devolvérsela.
Ewa: No puedo. Majka ha sido la niña de tus ojos. Y Ania la mía.
Stefan: Majka no podría haberlo sido. Le exigiste tanto que no podía llegar a la altura. Ella sabía tenía que tenía que ganarse tu afecto. Cuando la viste en el baño con marcas de cinta aislante en el vientre, estaba de seis meses. Empezaste a gritar. Sabía que era la gota que colmó el vaso. Pero ella allí estaba, sin decir nada.
Ewa: Ya me se la historia de nuestra familia.
Stefan: ¿Y crees que Majka no? La sabe a la perfección.

También la moraleja de que el robo deja al final de la película a todos con pérdida: Majka se va sola en el tren y pierde a su hija y sus padres, Ania pierde a su falsa-hermana y madre real. Ewa y Stefan pierden a su verdadera hija Majka y se quedan con una Ania ya marcada por el incidente de Majka.

Y... ¿Son esas, sin embargo, las únicas lecturas de la película? Voy a dar la mía particular acerca de este episodio que cuando lo vi por primera vez captó especialmente mi atención. Para ello me gustaría introducir el concepto de "arquetipo del niño" pues es un elemento fundamental en el desarrollo de mi observación de este episodio.

I. EL ARQUETIPO DEL NIÑO Y SU CARÁCTER DE FUTURO.

Dentro de las múltiples identificaciones posibles con el arquetipo del niño me voy a quedar con una procedente del estudio que Jung realizó al respecto junto al estudioso de la mitología Karl Kerenyi, y en el que se refiere a su carácter de futuro diciéndonos al respecto:

Un aspecto fundamental del motivo del niño es su  carácter de futuro. El niño es futuro en potencia. Por eso, la aparición del motivo del niño en la psicología del individuo suele significar una anticipación de desarrollos futuros, aunque a primera vista parezca tratarse de una formación retrospectiva. La vida, no hay que olvidarlo, es un transcurrir, un fluir hacia el futuro, y no una marea en retroceso [...] Esto corresponde exactamente a las experiencias de la psicología del individuo, que muestran que el "el niño" prepara una futura transformación de la personalidad. [1]

Este carácter futuro del niño nos permite reflexionar sobre la situación de Majka en su familia... ¿Qué pensar de una mujer que quedó privada de su maternidad y de su función materna por parte de su propia madre quien se "adueñó" de su hija? Majka, como su padre, se nos presenta como una mujer sumisa al deseo materno elevado a imperativo que rige toda la familia, y de cierta manera es una mujer resultado de una niña sin futuro, aprisionada en la redes de su familia. Aunque sería fácil ver en la película el deseo de Majka por recuperar a su hija, por recuperar su maternidad, creo que esa lectura es del todo insuficiente. Más allá de la recuperación de Ania mi propuesta es que Ania es en sí misma objeto de proyección de Majka de su propia niña interna. Efectivamente, el intento de recuperación de Ania como hija no es más que un reflejo del intento de recuperación de sí misma como mujer ante su madre y tener futuro.

Majka y Ania.

II. EL ARQUETIPO DEL NIÑO Y EL DESVALIMIENTO.

La traslación de esta situación especular del mundo externo con el mundo interno de Majka la refleja el siguiente comentario de Jung:

El desvalimiento, el abandono, el peligro, etc., son componentes característicos de ese comienzo insignificante y del misterioso y milagroso nacimiento. Esta afirmación describe una cierta vivencia creativa, que tiene por objeto una cierta vivencia psíquica de naturaleza creativa, que tiene por objeto la aparición de un contenido nuevo no reconocido. En la psicología del individuo siempre se trata, en un momento así, de una situación conflictiva y dolorosa, que parece no tener salida: en cualquier caso para la consciencia, ya que para esta siempre es válido el tertium non datur (donde hay dos no hay tres). Del choque de los opuestos la psique inconsciente siempre crea un tercero de naturaleza irracional, que la consciencia ni espera ni comprende, Se presenta en una forma que no corresponde ni al si ni al no y que por eso es rechazada por ambos. La consciencia, en efecto, nunca sabe salir de los opuestos y por eso tampoco reconoce lo que también une a estos. Pero como la solución del conflicto por unión de los opuestos es de importancia vital y también es ardientemente deseada por la consciencia, va penetrando la idea de la creación significativa. De eso nace el carácter numinoso del niño. Un contenido importante pero desconocido siempre produce un efecto misterioso y fascinante en la consciencia. [2]

Efectivamente, Majka va a entrar en la dinámica de los opuestos que representan con claridad aquellos que constituyen sus propios padres: el sometimiento de Stefan o la dominación implacable de Ewa.

Stefan y Ewa, padres de Majka
¿En qué sentido sus padres representan esta polaridad? Obviamente Stefan representa la sumisión, la voz que se pliega dócilmente a Ewa y que constituye lo que hasta ese momento ha sido la vida de Majka: el sometimiento al deseo materno entendido como esa aceptación de la apropiación del papel de madre de Ewa y de ella misma como hermana. Ante Stefan tenemos el opuesto de Ewa representante de la dominación y que aparecerá en Majka al exigir el reconocimiento de Ania como su madre bajo las circunstancias extremas en que intenta hacerlo: raptándola ella a su vez. En una dramática escena asistimos a la necesidad de ese reconocimiento que tiene por parte de su hija, quien por otra parte no está, obviamente, en condiciones de poder llevarlo a cabo:

Majka: Di: "Mamá"
Ania: Majka
Majka: Mamá
Ania: Majka
Majka: Ania, por favor. Di: "mamá". ¿Me oyes? Llámame "mamá". Por favor... (llora) llámame "mamá" por favor. ¿Me oyes? Di: "mamá".
Ania: Majka
Majka: Por favor... Mamá... Mamá. Ania, di: "mamá". Llámame "mamá".

Sin darse cuenta Majka intenta convertir a su hija de la misma  manera que lo hizo su madre, pasando así de la sumisión a la dominación. Más allá del horror de la manipulación y el rapto de Ewa, ¿es esa la forma para solucionar el problema teniendo en cuenta de verdad a la niña, a Ania? La injusticia es obvia, ¿pero es la mejor manera para Ania? En su proyección hacia ella, Majka también proyecta su propio rescate, el rescate de un entorno familiar marcado por la dominación materna que la exige sin fin y que la penaliza por el favoritismo paterno. Contemplar a Ania, quien padece de terrores nocturnos, es contemplarse a sí misma como niña bajo el peso de la madre dominante que, a diferencia de lo que sucedió con ella, ahora parece una madre tierna y cariñosa. No obstante, relata a Wojtec, el padre que, como veremos, también renunció a su paternidad, la siguiente escena:

Si no lo vieses no lo creería. Nunca pude imaginar que pudiera ser tan tierna y mimosa. Ella nunca me trató como la trata a ella. Te voy a contar algo, algo que nunca le he dicho a nadie. Cuando Ania era todavía un bebé, cuando tenía unos seis meses todavía yo volvía de un campamento de verano. Siempre me enviaban a sitios así entonces. Bueno, pues cuando volví a casa vi que mamá estaba dando de comer a Ania - es lo normal le responde Wojtec -... quiero decir dándole el pecho - pero... repone Wojtec -... Si, ella no tenía, pero le dejaba que mamase, y ella lo hacía.

Vemos en este relato, el otro lado, el lado más oscuro y sombrío, de la aparente "mater amantissima", una clara imagen de la utilización del bebé como objeto de placer propio. El bebé como objeto de satisfacción de un feroz deseo materno. Recordemos que Lacan definió a este deseo feroz de la madre como puro goce, es decir, hacer del bebé o del hijo/a aquello que obtura la castración, la falta, la carencia en la madre. Es en ese sentido destacable la conversación que Majka mantiene por teléfono con Ewa cuando le pide que le devuelva a su hija:

Majka: Las cosas deberán cambiar.
Ewa: ¿Cómo?¿Qué quieres que cambie?
Majka: Todo. Ania debe ser mía.
Ewa: Eso no puede ser.
Majka: Deberá ser así.
Ewa: Pero si nadie sabe nada.
Majka: ¿Y qué? Lo demostraré
Ewa: No demostrarás nada. Ania es mi hija. Sólo Jadwiga sabe que eres su madre, pero no dirá nada.
Majka: Papá también lo sabe.
Ewa: Papá no sabe nada. Nada de nada.
Majka: ¿Y Wojtec?
Ewa: No cuentes con él. Ya te contaré cuando me jubile.
Majka: Ahora escúchame. Me robaste a mi hija. Tenía que ser diferente. Me robaste mi hija y mi maternidad. También mi amor. Me robaste todo lo que soy. Todo.

¿Se entiende ahora lo del deseo feroz?

Ania despertando de sus terrores nocturnos.
A partir de esta escena también la realidad de Majka, a medida que el episodio avanza, cuando le dice a Wojtek que Ania es lo único que tiene. Sin apreciarlo, se acerca así a su madre quien realmente actúa con Ania como lo único que tiene. Decir que Ania es lo único que tiene pone de relieve su verdadera situación: que sin Ania nada tiene, o mejor dicho, que sin Ania no es. O como decía Lacan alrededor de estos casos: La mujer es como madre. Corre así el riesgo de convertirse ella también en una madre como la suya, como Ewa, de las que Jung, como ya vimos en el comentario de la película de "Los pájaros" de Hitchcock, decía:

Esa mujer primero vive para los embarazos y luego pegada a los hijos, pues sin ellos no tiene razón de ser […] El eros sólo está desarrollado como relación maternal; como relación personal es, a cambio, inconsciente. Un eros inconsciente se presenta siempre como poder, por lo que este tipo, a pesar de su exhibición de autosacrificio maternal, es incapaz de llevar a cabo ningún verdadero sacrificio, antes bien, con una en ocasiones despiadada voluntad de poder, hace prevalecer su instinto maternal hasta destruir la personalidad y la vida personal de los hijos. Cuanto más inconsciente de su propia personalidad es una madre de ese género, tanto mayor y más desaforada es su inconsciente voluntad de poder. [3] (la negrita es mía).

III. LA HISTORIA DE MAJKA Y WOJTEC: LA POSICIÓN ANTE LOS OPUESTOS.

En su huida con Ania, Maika va a casa de Wojtec, el profesor de polaco con el que una joven Majka de dieciséis años quedó embarazada. Se observa, desde el principio, una situación tensa entre ellos. Así conocemos la historia tal y como fue y como afectó a cada uno de ellos. Veamos un fragmento de la escena:

Majka: Después que yo naciese ya no pudo tener más niños. En parte por culpa mía, de alguna manera. Pero ella siempre ha querido tener varios niños, eso lo sé. Así que cuando Ania nació... Ya ves todo tiene su explicación.
Wojtec: Te olvidas que hubo una segunda persona que accedió a ese acuerdo... Tú.
Majka: En aquel entonces sólo tenía dieciséis años.
Wojtec: Juana de Arco no era mucho mayor.
Majka: Eso ya lo dijiste en una ocasión... Dijeron que se harían cargo, que debía acabar el instituto y todo eso. Sólo que ahora me doy cuenta que lo único que querían era la niña.
Wojtec: Y que hay del escándalo en el instituto. Era ella la jefa de estudios. Yo era un joven profesor y tú ibas a ese mismo instituto. Pero tú te llevaste la peor parte. Cuando llegó el momento de decir que la hija era nuestra, no dijiste gran cosa.
Majka: No pude.
Wojtec: ¿Qué no pudiste?
Majka: También era cosa tuya. Tú madre me dijo: "Si no quieres tener problemas por corrupción de menores... y si quieres seguir enseñando... mantén la boca cerrada". ¿No fue así?
Wojtec: ¿Fue eso lo que te dijo?
Majka: Oí como le decía a mi padre que ella podría arreglarlo todo sin problemas.
Wojtec: ¿Fue eso lo que mi madre le dijo a tu padre?
Majka: En efecto... ¿Y tú qué pensaste de todo aquello?
Wojtec: Para serte sincero... Nunca pensé que algo así pudiese suceder en Polonia. Que el hijo de alguien sea registrado oficialmente como hijo de otra persona.
Majka: Por supuesto que puede hacerse. Lo único que necesitas es un médico que conozcas que esté dispuesto a firmarte los papeles.

Nos enteramos así que Wojtec - ahora fabricante de peluches - también fue presionado para aceptar su renuncia a la paternidad. Sorprende su dificultad para entender el problema de una joven de dieciséis y la presión que debió recibir al respecto cuando él mismo cedió a esa presión. Wojtec, como Majka, es también alguien que se sometió a la presión materna y que acabo cediendo a ella. Ambos renunciaron a su maternidad paternidad.

Wojtec, el padre de Ania.
Sin embargo, Majka y Wojtec nos permiten reflexionar sobre ese posicionamiento ante los opuestos. Incapaz de salirse de uno o de otro (tertium non datur, donde hay dos no hay un tercero), Wojtec cuando recomienda a Majka volver a casa y disfrutar de sus oportunidades - lo que implica renunciar a Ania como su hija -, de la mima manera que, finalmente, acaba colaborando con los padres de Majka para encontrarla a ella junto a Ania. Ante la tensión de los opuestos, Wojtec elige el camino de la sumisión.

Distinta es, finalmente, la decisión de Majka, quien tras ser encontrada en la estación de tren por sus padres - Ania corre hacia los brazos de Ewa - sale corriendo y toma el tren que llega en aquel momento. Finalmente observamos su mirada hacia Ania y como ésta, sorprendida, se deshace del abrazo de Ewa para correr y observar como parte Majka... ¿su mamá? La película nos deja con esta incógnita.

¿Cómo reflexionar la decisión de Maika? A mí me recuerda la historia bíblica de Salomón y las dos madres, en la que la verdadera madre renuncia a su hija para que esta viva aunque sea con la falsa madre. Pero en el caso de Majka, esta renuncia, en mi opinión, implica otro inicio, el reencuentro con sí misma: el tercero que surge donde no caben dos. La mujer que como madre no se hace toda-madre y que indica que su deseo de madre no lo colma todo, y que su falta, su carencia la torna deseante de algo más allá del hijo/a constituyendo así su sentido y su vida más allá de su maternidad. Majka va camino de hallarse como mujer, pues sólo hallándose como tal podrá retornar como madre que no sólo tiene a su hija.

Majka y Ania al final de la película.

IV. SOBRE LA DINÁMICA DEL ARQUETIPO DEL NIÑO.

Jung destacaba tres fases en la evolución del arquetipo del niño. Veamos ahora cada una de ellas en función de este episodio de Decálogo. Nos dice Jung al respecto de la primera fase:

La primera forma del "niño" suele ser totalmente inconsciente. En tal caso hay una identificación del paciente con su infantilismo personal. [4]

Majka llorando con su padre.
Correspondería a la Majka más sumisa, obediente al deseo materno que a su vez la rechaza y que la lleva a ese "no ser", a ese "me robaste todo lo que soy". A la  joven adolescente de dieciséis años que fue manipulada por la situación, sin recursos para poder afrontarla y, probablemente, presa de un fuerte sentimiento de culpa a la vez que no sostenida por Wojtec. Jung establece una clara correspondencia de esta fase con "el niño abandonado", presa de la incomprensión y el maltrato. Veamos ahora las características de la segunda fase:

Luego (bajo la influencia de la terapia) se produce una separación y objetivación, más o menos graduales, del "niño", o sea, una disolución de esa identificación, al mismo tiempo que se intensifica (a veces con ayuda de la técnica) la configuración de la fantasía, apareciendo entonces de modo visible y progresivo rasgos arcaicos, mitológicos. La configuración sigue evolucionando conforme al mito del héroe. [5]

Majka con Ania hablando con Ewa.
Esta fase es la que Majka proyecta inconscientemente sobre Ania, más allá de su hija y de su maternidad. Esa desidentificación de la que nos habla Jung se da en Majka como la leyenda del héroe que intenta rescatar a la víctima presa del dragón o de la bruja. Majka intenta rescatar su propia niña interna exteriorizando esto sobre su propia Ania presa de Ewa como ella lo fue también. Como bien destaca Jung, en esta fase el problema es la identificación con el papel del héroe y que, como bien dice, comporta desequilibrios anímicos como los que parecen apuntarse en este episodio:

La epifanía del héroe (la segunda identificación) aparece con la correspondiente inflación: la desproporcionado pretensión se convierte en convicción de que se es algo extraordinario, o bien, al no convertirse en realidad la pretensión, queda probada la propia inferioridad, lo cual favorece el papel del héroe sufriente (inflación negativa). A pesar de ser contrapuestas, ambas formas son idénticas, porque al delirio de grandeza consciente le corresponde la inferioridad inconsciente y compensatoria, y al delirio de grandeza inconsciente, inferioridad consciente. [6]

Esta situación de "héroe sufriente" es la que nos atañe a Majka, quien después de intentar escapar con Ania no lo consigue y parte sola en el tren. Y ésta es la incógnita que nos deja abierta la película. ¿Esta partida de Majka - huida de todo, como ella misma dice -, es una apertura a la tercera fase que Jung identifica? Como en muchos episodios de Kieslowski siempre nos deja abiertas las posibilidades. ¿Qué aprenderán los personajes de sus historias después del movimiento que han emprendido? Logrará Majka con su decisión llegar a esa tercera fase:

Si sortea felizmente el escollo de la segunda identificación, el acontecer consciente puede ser limpiamente separado del inconsciente, haciéndose entonces posible la observación objetiva del acontecer inconsciente. De ello resulta la posibilidad de analizar lo inconsciente y de lograr así la síntesis de los elementos conscientes e inconscientes del conocer y del obrar. Y de ese modo, por otra parte, surge el desplazamiento del centro de la personalidad del yo al sí mismo. [7]

De eso se trata, sólo la reapropiación de las proyecciones y la desidentificación con los polos de la sumisión y la dominación puede dar la clave a Majka para hallar el camino de vuelta a su ser, ese que le permita elaborar su deseo más allá de Ania. Sólo eso le permitirá también retornar como madre suficientemente buena (Winicott) y como mujer que se extiende más allá del horizonte materno. Es por ello que, quizá y de momento, eso sólo lo puede lograr alejando de Ania y de sus padres.

_________________

VER PELÍCULA: https://www.youtube.com/watch?v=aYd1aA51IyM

_________________

[1] Jung, C. G. Acerca del arquetipo del niño en OC Vol. 9/1 Los arquetipos y lo inconsciente colectivo, Ed. Trotta,  par. 278
[2] Ídem anterior, par. 285
[3] Ídem anterior, par. 167
[4] Ídem anterior, pár. 303
[5] Ídem anterior, pár. 303
[6] Ídem anterior, pár. 304
[7] Ídem anterior, pár. 304
__________________

SERIE DECÁLOGO (pulsar título para acceder a la entrada)

Decálogo 1. Yo, el señor, soy tu Dios. Ese frágil absoluto.
Decálogo 2. No tomarás en falso el nombre del señor, tu  Dios. Compasión vs. culpa.
Decálogo 3. Santificarás las fiestas. Resentimiento, envidia y reparación. 
Decálogo 4. Honrarás a tus padres. El edipo honrado.
Decálogo 5. No matarás. Estado, poder, ley y obscenidad.
Decálogo 6. No cometerás adulterio. Idealización y descreimiento en el amor.
Decálogo 7. No robarás. El arquetipo del niño.