AVISO. Por la naturaleza de los trabajos de este blog, el argumento e incluso el final de las peliculas son generalmente revelados.

martes, 17 de julio de 2018

INTERSTELLAR (Cristopher Nolan, 2014): El amor como fuerza cósmica.

El amor es la más universal, potente y mística de las fuerzas cósmicas. El amor es una reserva sagrada de la energía, es como la sangre de la evolución espiritual. (Teilhard de Chardin)

La película Interstellar (Cristopher Nolan, 2014) nos narra la odisea de un grupo de seres humanos que, ante la amenaza de la supervivencia de la vida humana en la Tierra debido a una plaga que afecta a las cosechas, debe emprender una árdua búsqueda de planetas que permitan albergar la especie humana. Todo ello gracias a un agujero de gusano que aparece misteriosamente cerca de Saturno, y que permite acceder a una galaxia en la que se ha identificado un sistema con una serie de siete planetas con potencial para la vida. También se halla cerca de él de agujero negro supermasivo llamado Gargantúa. Interpretada por Matthew McConaughey, Jessica Chastain, Anne Hattaway, Matt Damon, Michael Caine y McKenzie Foy entre otros, Interstellar nos permite reflexionar sobre distintos temas de diferente orden. No obstante, vamos a llevar esa reflexión a lo que podemos considerar el núcleo de la película: la fuerza del amor. 

En un momento de la película dice Amelia Brand (Anne Hattaway):

El amor no es algo que hayamos inventado. Es algo observable, poderoso [...] A lo mejor significa algo más, algo que no alcanzamos a comprender, a lo mejor se trata de una prueba, de un artefacto de una dimensión superior que no percibimos conscientemente. Estoy cruzando el uiverso atraída por alguien a quien no he visto en una década y que, probablemente esté muerto. El amor es lo único que somos capaces de percibir que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio. A lo mejor deberíamos creer en eso aunque no alcancemos a entenderlo aún.


Aunque planteado así el tema es de difícil consideración, como transmite el escepticismo del piloto Joseph Cooper (Matthew McConaughey), la idea no carece de un cierto soporte filosófico, aunque no sé si es el que inspiró a los hermanos Nolan en la elaboración de su guión. Dado el carácter de cápsula de estos comentarios, me centraré substancialmente en las ideas del sacerdote jesuíta, científico y místico francés Pierre Teilhard de Chardin, cuyas ideas trataron de conciliar el conocimiento científico con sus creencias religiosas.

Agujero de Gusano.
Lo que me lleva a pensar en ello es la conexión de la película en lo que va desde la aparición del agujero de gusano cerca de Saturno - "alguien lo puso allí para nosotros" - dice Doyle (Wes Bentley), uno de los astronautas protagonistas -, hasta la llegada, a través de él, a un sistema constituído por siete planetas, de los cuales hay noticias de tres (previamente explorados por los astronautas y científicos Miller, Mann y Edmund) y que se halla cerca de un agujero negro supermasivo de nombre Gargantua en cuyo interior, y después de todo lo acontecido en la película, se halla un teseracto, o sea, una figura geométrica llamada hipercubo cuya característica es que está desfasado en el tiempo, es decir, que abarca cada uno de los instantes de tiempo en los que está y, a la vez, todos ellos juntos, lo cual permitirá a Cooper conectar con Murph (Jessica Chastain) para enviarle - a través de ondas gravitacionales -, y mediante "señales morse", los datos necesarios del interior del agujero negro (recolectados por Trash, el robot) que permitan solucionar las ecuaciones del doctor Brand (Michael Caine) para el desarrollo de una teoría de propulsión gravitatoria fundamental para llevar a su nuevo destino a la humanidad, datos sin los cuales las ecuaciones son imposibles de resolver (y que implican la reconciliación de la gravedad con la mecánica cuántica). Y en cuanto al origen del hipercubo, le dice Cooper a Trash, su acompañante mecánico:

Aun no lo has pillado Trash, ellos no son seres, somos nosotros. Lo que he hecho yo por Murph, lo están haciendo ellos por mí, por todos nosotros [...] una civilización que habrá evolucionado más allá de las cuatro dimensiones que conocemos.


Cooper en el interior del Teseracto.

Más allá del entramado científico que justifica el argumento, es fundamental la "fuerza del amor" que Amelia Brand destaca en el comentario que ya citamos, y que veremos que será básico en el desarrollo de los acontecimientos, pues es el amor de Amelia por Edmun el que la llevará a su planeta que será, finalmente, el destino de la futura colonia humana. Es también el amor el que llevará a Cooper a separarse de la nave Endurance para que Amelia puede llegar al planeta de Edmun. Y es el amor de Cooper por su hija Murph, y viceversa, el vínculo al que los humanos del futuro, que viven en una dimensión paralela en cinco dimensiones, recurrirán para que éste pueda transmitir los datos fundamentales que permitan resolver las ecuaciones del doctor Brand. Es la fuerza del amor la que lleva a su destino a los protagonistas Amelia, Cooper y Murph, imponiéndose a las fuerzas del narcisismo egocéntrico que representa el doctor Mann (Matt Damon), quien falsea los datos de su planeta para ser rescatado y queriendo eliminar al resto de astronautas. Es, finalmente, la fuerza del amor la que permitirá a la humanidad persistir.

Gargantúa: Agujero negro supermasivo.

Teilhard de Chardin desarrolló en su obra, especialmente en "El fenómeno humano" (1955) y "El medio divino" (1957), una visión de la humanidad ligada al desarrollo de la consciencia, y a la relación de ésta con el amor. Así, en 1931, escribe en "El espíritu de la Tierra", unas palabras que nos recuerdan las de Amelia:

El amor es la más universal, potente y mística de las fuerzas cósmicas. El amor es una reserva sagrada de la energía, es como la sangre de la evolución espiritual.

Teilhard de Chardin.
Para Teilhard, materia y espíritu no eran opuestos, sino que ambos son dos direcciones evolutivas del mundo. Veía en el ser humano lo que llamaba la "corriente psíquica" del Universo, y con él una consciencia que veía evolucionar hacia una consciencia colectiva a la que llamó "Punto Omega", una especie de una consciencia suprema que sería el resultado de "una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia. La Tierra cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, contándose por miríadas, sino envolviéndose de una sola envoltura pensante hasta no formar precisamente más que un solo y amplio grano de pensamiento, a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones individuales agrupándose y reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime" [1]. Es posible imaginar que una  evolución que desembocaría en esta superconsciencia se halle en la base de esos seres - que como dice Cooper son una evolución de nosotros mismos - capaces de crear un teseracto en el interior del agujero negro, o de crear un agujero de gusano para llevarnos hasta él, y también junto a un planeta colonizable para el ser humano. Esos seres podrían estar tambiénel orígen del agujero de gusano que ya en la película "Contact" (pulsa aquí para ver entrada), y que permitía unificar distintas civilizaciones del Universo. 

Y en el núcleo de esa consciencia suprema estaría el amor como fuerza centrífuga centralizadora, unificadora que se opondría a la fuerza centrípeta disgregadora y destructora del narcisismo egocéntrico. En Interstellar el amor es esa fuerza que atraviesa el tiempo y el espacio y que unifica presente, pasado y futuro. Ahora bien, y como indicaba Teilhar de Chardin, esa evolución es una opción que depende del ser humano, es una evolución que suponía dependiente de si somos capaces de asociarnos, de converger , de desarrollar valores fundamentados en el amor como fuerza cohesionadora que, y como ya hemos comentado se opone, a las digregadoras del narcisismo egocéntrico.

Dijo Jung en su día,en relación al sentido: "Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el absurdo o el sentido. Si el absurdo predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es – o me parece ser – el caso. Probablemente, como en todas las cuestiones metafísicas, ambas cosas son ciertas: la vida es sentido y absurdo o tiene sentido y carece de él. Tengo las angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla." [2] Si vinculamos, a la manera de Teilhard de Chardin, el sentido con la consciencia y el amor y el absurdo con la inconsciencia y el narcisismo egocéntrico, la frase de Jung la podemos releer como: "Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el narcisismo egocéntrico o el amor. Si el  narcisismo egocéntrico predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es - o  me parece ser - el caso [...] Tengo la angustiosa esperanza de que el amor prevalecerá y ganará la batalla".


Cooper y Murph antes de partir y en su reencuentro
como consecuencia de los efectos de la relatividad.

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[1] Chardin, Pierre Teilhard. El fenómeno humano. Taurus Ediciones, S.A. Ensayistas, 32. 383 págs. Madrid, 1986
[2] Jung, C. G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Editorial Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 375

1 comentario:

  1. Excelente película, qué bueno que la hayas tratado. Creo que en estos tiempos últimos la ciencia ficción tiende aún más que antes a intentar comprender o al menos a entregarse a aquello que no encontramos explicación. Tiene mucha relación con Contact, recuerdo una escena en donde Palmer le pide a Ellie que demuestre el amor por su padre, algo imposible de negar e imposible de demostrar a la vez. No hay gran ciencia ficción que, en esencia, no sea profundamente espiritual.
    Saludos Jaume, es un gusto leerte!

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