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martes, 29 de julio de 2025

OH, CANADA (Paul Schrader, 2024): De una vida como ficción.

Cuando no tienes futuro solo te queda el pasado, y si tu pasado es una mentira como el mío, sobre todo para tus más allegados, una ficción, entonces no existes salvo como personaje de ficción,(Leonard Fife)

Oh, Canadá, es la última película de Paul Schrader, quien lleva a la pantalla de nuevo una novela de Rusell Banks, de quien ya había dirigido (1997) otra de sus grandes novelas: Aflicción  (1992), ya comentada en este blog (pulsar aqui para ver la entrada). La película nos muestra a Leonard Fife, un reconocido director de documentales ya mayor y enfermo, afectado de un cáncer terminal (interpretado por Richard Gere) que llegó a Canadá muy joven (interpretado por Jacob Elordi) como objetor de consciencia de la guerra de Vietnam, y cuya obra cinematográfica aparece como la de alguien políticamente comprometido. "Tu trayectoria es un emblema: el cine político" dicen Malcolm (Michael Imperioli), quien junto a Diana (Victoria Hills), quieren realizar un documental sobre su profesor y maestro y en el que quieren que "este documental hará que Leonard Fife sea relevante en la memoria colectiva canadiense como Glenn Gould. Resucitará todas sus películas, y hará que el público reflexione acerca de qué significa ser un artista comprometido. Desde tu postura contra la guerra hasta tu obra más reciente ... Quedará retratado en toda su humanidad"

La película tiene un tono decididamente experimental mostrando la inquietud de un director como Paul Schrader, quien entremezcla el recuerdo con el presente, el color con el blanco y negro y el ir y venir de recuerdos que aparecen ubicados en el tiempo de una manera no lineal, con lo que se nos destaca también el pensamiento confuso de un enfermo terminal. Sin olvidar el tono melancólico de las canciones y de la música de Matthew Houck - Phosphorescence -, que acompaña distintos momentos de la película.



I. LA DIFÍCIL INTIMIDAD. 

                                                                                                     he estado mucho tiempo contra esta noche, 
                                                                                                     he sido un desastre toda mi vida.
                                                                                                                         (Endless, - Phosphoresence -)

El párrafo con el que inicio esta entrada es el núcleo alrededor del que pivota toda la película y que, aunque nos afecta a todos, se nos presenta con claridad en seres humanos que, sea en el campo que sea, han destacado por su faceta creadora y la brecha que existe entre su creación y el ser humano como creador en toda su dimensión, algo que Leonard pone de relieve en este párrafo cuando dice que la mentira sobre el ser humano para salvaguardar la obra le deja como personaje de ficción. Es por ello que ya nos llama la atención de que es imprescindible que en el rodaje del documental esté presente su pareja Emma (Uma Thurman): porque se trata especialmente de un acto de intimidad, de esa difícil intimidad que, en ocasiones, es reconocer que hay otro ser más allá del personaje, y que su creación y la imagen que se une a ella va unida a la totalidad de su ser: a las luces y a las sombras.

Esta dificultad de reconciliar la obra con el ser humano lo muestra especialmente Emma, quien en diferentes ocasiones, y ante las revelaciones que hace de su vida Leonard, insiste a Malcolm en que no pueden hacerle esto, o intentando justificar que sus revelaciones son productos de la confusión provocada por la enfermedad y la medicación: "Esto es muy duro para mí Leo, porque ya sé que no soy yo la que está enferma, pero esto parece una especie de confusión póstuma. Estás agotado, la medicación te está emborronando la mente cariño, estás confuso, y cuentas cosas que no deberías contar ante una cámara..."  


Y, sin embargo, Leonard insiste: "habréis presenciado como le revelo a mi mujer, a mi hermosa mujer, con que tipo de hombre se casó. Será la confirmación de que entre un hombre y su esposa existió una intimidad..." Porque la intimidad solo pueder ser tal cuando es honesta, y que más honesto que poder compartir con quien se ha convivido durante más de treinta años la totalidad y no solo el personaje.

II. LA DIFÍCIL JUVENTUD: UNA HISTORIA DE ABANDONOS.

                                                                                                            Un cobarde esta mañana,

                                                                                                            oscuro tras haberse echado atrás,

                                                                                                            y ninguna explicación

                                                                                                            podría jamás explicarlo del todo. 
                                                                                                            (All of it, all, - Phosphoresence -)

Leonard se remonta a su juventud, al día en que tomo un avión para dirigirse a Vermont, para firmar el contrato de profesor de literatura en la Universidad de Goddard (Goddard College) y comprar una casa en la que se trasladarían a vivir con Alicia (Kristhine Froseth), su esposa embarazada y con su pequeño hijo Cornel. Justo al cruzar el mostrador del vuelo dice: "De pronto sentí vértigo, como si estuviera a punto de ocurrir algo, una gran revelación que afectaría a todos los pasajeros, como si el avión estuviera a punto de explotar y yo fuera a ser el único superviviente."  

A partir de ese momento Leonard nos presenta un joven inconformista que a los 18 años quiere irse de casa para ir a Cuba, pero que, en realidad es un joven sin rumbo que va dando tumbos... De camino a Cuba conoce en San Petersburgo (Florida) a Amy (Penelope Mitchell), una joven de 18 años con la que se casa a los cuatro meses, estando ya embarazada de uno mientras, paralelamente, muestra esa rebeldía arrogante y egocéntrica de un joven con aires intelectuales que sin haber escrito aún una página critica a otros novelistas de la generación anterior como James Jones, autor de "De aquí a la eternidad", o como dice el Leonard enfermo: "quiere ser considerado escritor mucho más de lo que quiere escribir".  No tarda en conocer a Amanda (Megan Mackenzie), pianista de jazz, con la que engaña a Amy y que, como cuenta ante la cámara: "No hay otra forma de escapar de dos alternativas inaceptables que creando una tercera." Y así surgió Alicia. Leonard, ante la cámara, dice de ese joven "que no sabe definir el amor porque nunca ha amado a nadie." 

Y, no obstante, ¿quién sabe amar a los veinte años? ¿Quién sabe definir lo que es el amor a esa edad? Hay todo un entramado en el que se confunden la intensidad del deseo y del sentirse deseado, el seducir y sentirse seducido, la intensidad del enamoramiento y del desamor... el sentirse importante y especial o despreciado y abandonado, la posesión y el desapego. Intensidad que se desplaza en un ir y venir entre el placer y el dolor, que llena y vacía, que daña y nos daña, para ir engendrando un sufrimiento que, con mayor o menor consciencia, progresivamente, va habitando nuestra alma.

Me imagino a Leonard Fife como uno de aquellos niños que el adolescente Holden Caufield (El Guardian entre el centeno - J. D. Salinger -) habría querido evitar que más allá de los límites del campo de centeno se abismara al precipicio, a ese precipicio que para un niño es el camino que le dirige de la adolescencia para hacerse adulto.

III. LA ENCRUCIJADA COMO HUIDA: EL ABANDONO DE SÍ MISMO.

                                        Lo que pasa con las vidas

                                        es que a veces hay que ser cruel.

                                        Es triste que sea triste,

                                        pero no dejes que eso te apague.

                                        No, para vivir hay que morir,

                                        sí, y más de una vez.

                                        Debes besarla y decirle adiós,

                                        nunca volver a esa vida.


                                        (All of it, all, - Phosphoresence -)


Tras partir en el vuelo de avión hacia Vermont, y en los dos días que pasan hasta su prevista vuelta, Leonard visita Straford, su pueblo natal, y se hospeda en la casa de su amigo pintor y también profesor del Goddard College, Stanley Reinhart. Al poco de llegar recibe la noticia de que Alicia ha perdido el segundo hijo que esperaban... Decide volver al día siguiente, pero durante la noche tiene un encuentro sexual con Gloria, la pareja de Stephen... Temprano por la mañana parte, pero al llegar a la encrucijada para tomar la dirección de vuelta a casa (Massachusetts), y tras parar por unos instantes en los que parece dudar, toma la dirección opuesta, hacia Canadá...

Es interesante pararnos en este momento, porque tenemos aquí el tema de "la encrucijada", y en el cual es esencial "la parada" (dure el tiempo que dure) previa a la decisión, puesto que ella es la que determina la consciencia con la que la decisión es tomada, es decir, entrar en un proceso de reflexión de aquello que dejamos atrás y cómo lo dejamos y de lo que significa asumir el nuevo camino. En este sentido, la encrucijada siempre nos da la oportunidad de una toma de consciencia, de una elección que nos hace partícipes de como configuramos el camino que andamos. ¿Qué nos dice de la consciencia con la que tomó su decisión Leonard, su parada ante el rótulo de la carretera?



Dos hechos de la película nos permiten observarlo:

1) En la presentación de un documental suyo, Cornel, su hijo, va a buscarle despues de treinta años sin saber nada de él, desde el día en que lo vio cruzar la puerta del aeropuerto para volar a Vermont. Tras finalizar el documental se acerca a él y le dice: "Enhorabuena, papa." Ante la sorpresa de Leonard, Cornel continua: "Soy tu hijo, Cornel." Leonard, conmocionado le pregunta a Emma quién es: "El hijo de Alicia" - le responde Emma -. "Exacto, soy tu hijo" - incide Cornel -. Leonard, visiblemente contrariado le responde: "No tengo ningún hijo. Aléjate de mí".



2) Hacia el final de la película, mientras Leonard se dirige hacia la encrucijada que finalmente le llevará a Canadá, su voz en off reflexiona: "¿Qué tenían los hombres a los que yo respetaba? ¿Qué no hice yo que Stanley, Ralph y Nick si hicieron? ¿Servir en el ejército?" Inmediatamente vemos entonces una imagen de Leo en blanco y negro que luego le enfoca en una cola de reclutamiento... Lo que allí se. nos muestra es que Leonard no fue un objetor de conciencia, sino que se hizo pasar por homosexual para evitar ser reclutado... "Cobarde" es lo que el oficial le dice al despedirle...

Y el problema no es tanto que intentara no ser reclutado, asumir que se hizo pasar por homosexual por su miedo a ir a la guerra... ¿Al final, qué sentido tuvo para tantos hombres que fallecieron y tantos a los que devolvió destrozados a la sociedad, una guerra tan absurda como la del Vietnam? ¿Hay alguna muerte más absurda para un ser humano que morir en un guerra, o a causa de una guerra? El problema es precisamente no poder asumirlo, no asumir que evadió el reclutamiento porque tenía miedo, el tener que disfrazarlo de algo heroico como "la objeción de conciencia".



                                                                            Pero yo tengo espasmos y un fuego en el vientre,

                                                                            y unos labios brillantes que, torpes, encuentran un sello
                                                                                                                       (Remain - Phosphoresence -)

Estos dos momentos nos muestran que la parada en la encrucijada entre Massachussets y Canadá de Leonard no responde a la reflexión que implica dejar un camino para iniciar otro, responde esencialmente al pánico a enfrentar una vida que jamás imaginó, pero para la que, hasta aquel momento, no le encontró un sentido, y a la que simplemente se dejó arrastrar llevado por la intensidad de algunos momentos. La decisión de Leonard es una huida y, esencialmente, una huida de sí mismo. No es la toma de un camino con la conciencia de lo que he aprendido hasta el momento de aquel que dejo. La decisión de Leonard no es como la canción dice: "Debes besarla y decirle adiós,/ nunca volver a esa vida." Leonard ni la besa ni le dice adiós, huye de ella y luego la rehúye, huye y rehúye la vergüenza y la culpa que siente de ella. que siente hacia sí mismo.

Hay otra imagen significativa de la película que da testimonio de esto y que ocurre en un bar de Stratford, donde Leonard (ya mayor) está sentado en la barra. De repente entran varios de los personajes de su juventud: Amy embarazada, Amanda, Alice con Cornel, algunos amigos, un sacerdote que estaba vinculado a sus padres... Él, sorprendido (igual que ante la presencia de Cornel), se gira y les da la espalda... Una imagen clara donde una vida (la de Canadá) no es inclusiva con la otra (la de Estados Unidos), donde una le da la espalda a la otra en una clara representacion de la disociación de Leonard. Una encrucijada elige un camino y aunque deja otro no lo borra. Nuestra vida sólo se comprende desde su totalidad.



IV. LA REDENCIÓN EN LA INTIMIDAD Y EL AMOR.

                                                                    Me abrazarás aquí hasta que no pueda permitirme tu bondad,

                                                                    Me abrazarás querida hasta que no pueda permitirme irme

                                                                                                                      (Remain - Phosphoresence -)

Finalmente, y completando el punto I, y ante la cercana frontera de la muerte, es cuando Leonard, en nombre del amor y la honestidad, elige completar su vida exponiéndose a la mirada de Emma, su compañera y su amor durante los treinta últimos años. Ante la creencia de Emma de que lo sabe todo acerca de Leonard, este le responde: "No... tu no sabes nada. No... Hay cosas que no me he contado ni a mí mismo. Es un regalo Emma, para tí, mi amor, para que me conozcas."  Finalmente Leonard puede dejar mostrarse en su totalidad ante la mirada de Emma, una mirada ante la que puede confesar su verdad, una verdad que se ha ocultado a sí mismo tanto tiempo, una mirada que le permita sostenerse en su narración, una mirada como un abrazo acogedor que sostenga la culpa y la vergüenza que ha cargado durante su vida.


                                                                                        y tu fantasma llena mi sueño,

                                                                                        y la luz que se reúne

                                                                                        se posa suave a tus pies,

                                                                                        mientras te giras para preguntarme:

                                                                                        —¿Falta mucho, amor, para que descansemos?—
                                                                                                                       (Endless - Phosphorescence -)

Ante esa frontera que es la muerte, Leonard decide llegar a ella con lo que ha sido la totalidad de su vida. No llega a la muerte como una huida, sino ante el misterio que su encrucijada nos impone. Quizá este sea uno de los sentidos de la muerte: decidir como queremos llegar a ella, qué queremos decirnos de cómo ha sido nuestra vida... Y así finaliza la película, con la muerte de Leonard acompañado por Emma y una voz en off diciendo: "Sintió que le absorbia un agujero negro del que ni la luz puede escapar. Trato de resistirse, de quedarse aqui, de mantenerse en la frontera entre un país y el otro, entre el pasado y el presente. En la noche un estertor en su garganta, una bocanada. Su cuerpo se retorció como si se sacudiera una hoja caída o una pluma"

V. UN COMENTARIO FINAL. 


Oh, Canadá no es una película fácil y no se aprecia su verdadera profundidad en un primer visionado. Es un tipo de películas que necesitan ser revisitadas para apreciar lo que transmiten y por qué su director elige hacerlo como lo hace, en este caso recurriendo a un cine más experimental. Su temática es esencialmente compleja, tanto desde un punto de vista psicológico como filosófico, y concentrar en 90' de proyección una problemática existencial como la de Leonard tiene su especial mérito. En ella podemos rastrear la desesperación del ser en tanto que se aleja de sí mismo y se desgarra, tan presente en la obra de Kierkegaard (La enfermedad mortal), o el tema de la culpa, la libertad y la finitud en Ricoeur (Culpabilidad y finitud), y que tanto caracteriza a los personajes de algunas películas de Paul Schrader. En un plano más psicológico nos recuerda a la visión de Jung o de Frankl sobre el desconcierto del hombre falto de sentido, sobre el tema de la construcción del yo (por ejemplo en Lacan) o como enfrentar el sentimiento de culpa haciendo de él motivo de aprendizaje y no de castigo, elaborando el arrepentimiento y no cayendo en el abismo del remordimiento que, como en el caso de Leonard, le llava a caer en una disociación de su ser y de su historia ante su insoportabilidad. 


La dimensión humana de esta película es que su temática nos atañe a todos, pues todos sus temas forman parte inevitable de la condición humana y de su psiquismo en lo que podemos llamar, tal y como ha sido definido por el psicoanalIsta Roberto Speziale-Bagliacca (La culpa. Consideraciones sobre el remordimiento, la venganza y la responsabilidad) como el "sentimiento trágico", es decir, un sentimiento que reconoce que la condición humana es sumamente compleja y que comporta la inevitabilidad del error, y que ante esto propone sustituir la lógica del juicio y el castigo por una ética de la comprensión que, no eximiendo de la responsabilidad, aboga por la comprensión de cómo se dio el error y qué podemos aprender de él para transformarlo.







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