AVISO. POR LA NATURALEZA DE LOS TRABAJOS DE ESTE BLOG, EL ARGUMENTO E INCLUSO EL FINAL DE LAS PELICULAS SON REVELADOS.

Mostrando entradas con la etiqueta crisis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta crisis. Mostrar todas las entradas

miércoles, 12 de abril de 2023

UN FUTURO DESAFIANTE (Extrapolations, Scott Z, Burns, 2023): Sobre la catástrofe climática, el capitalismo del desastre y el narcisismo a gran escala.


Un futuro desafiante (
Extrapolations, Scott Z. Burns,2023), serie lanzada por la plataforma de Apple TV+
 especula con el futuro a la vista de la catástrofe climática cuyos efectos son hoy en día ya innegables. La serie, recientemente estrenada, ha sido valorada de manera muy polar por la crítica, así como por el público. Más allá de la crítica que se le ha hecho por haber sido realizada por Apple, así como por haber sido protagonizada por actores muy conocidos, sobre todo cuando se la compara con otra serie excelente como Colapso (Canal Plus y Les parasites, 2019), no por ello deja de ofrecer interesantes puntos de reflexión desde el punto de vista que este blog se propone abordar. En este sentido, me centraré en cinco aspectos sobre los que la serie nos permite reflexionar y que, fundamentalmente, se definen en los cuatro primeros episodios de la serie, de los seis que hasta ahora he visto.

1. CATÁSTROFE Y TRAUMA.

En mi libro "Reflexiones sobre la pandemia del covid 19" (2020) lancé una teoría sobre la relación de la catástrofe con los efectos traumáticos sobre la población en la que decía:

Para comprender los distintos efectos de la pandemia del covid, y volviéndonos a referir a la idea del trauma, podemos decir que ofrece unas características traumáticas justas y adecuadas para que el ser humano se resienta de una manera globalizada y clara, a diferencia, como ya hemos visto, de los efectos traumáticos intensos, cortos y geo-localizados de las catástrofes naturales citadas o, y eso es más interesante, del trauma que es la catástrofe climática que, todo y siendo potencialmente mucho más peligrosa, el ritmo lento con el que se anuncia, los efectos geo-localizados con los que se manifiesta, no generan, no obstante, ningún cambio aparente en nuestro ritmo de vida. [1]

Como decía la periodista, escritora y activista Naomi Klein de la negación y el negacionismo de la catástrofe climática en su libro "Esto lo cambia todo" (2014):

 

Convivir con esta especie de disonancia cognitiva es simplemente una parte más del hecho de que nos haya tocado vivir este discordante momento de la historia, en el que una crisis que tanto nos hemos esforzado por ignorar nos está golpeando en plena cara y, aun así, optamos por doblar nuestra apuesta precisamente por aquellas cosas que son la causa misma de la crisis. 

 

Yo misma negué el cambio climático durante más tiempo del que me gustaría admitir. Sabía que estaba pasando, claro. No iba por ahí defendiendo como Donald Trump y los miembros del Tea Party que la sola continuación de la existencia del invierno es prueba suficiente de que la teoría es una patraña. Pero no tenía más que una idea muy aproximada y poco detallada, y apenas leía en diagonal la mayoría de las noticias al respecto, sobre todo, las que más miedo daban. Me decía a mí misma que los argumentos científicos eran demasiado complejos y que los ecologistas ya se estaban encargando de todo. Y continuaba desafiante comportándome como si no hubiera nada malo. [2]


Efectivamente, hemos vivido mucho tiempo de espaldas a este tema que viene desde 1980 anunciándose desde distintos ámbitos científicos (climatología, biología, geología, física, físico-química). Ya cuando era estudiante de biología recuerdo algunos libros que ya alertaban de la problemática que se nos avecinaba. La catástrofe climática, a diferencia de la crisis de la pandemia del covid 19, es que no alerta por igual a todo el mundo, lo cual hace que sus efectos no se perciban con la inmediatez a nivel global como si lo fue la pandemia, lo cual ha llevado a los estados a un constante aplazamiento del problema por una causa o por otra (básicamente político-económicas). Las actitudes derivadas del mecanismo de defensa de la negación, basado en ignorar realidades dolorosas o incómodas, o la del negacionismo interesado, característico de los grupos de la ultraderecha o de intereses económicos hoy conocidos (la criminal ocultación de datos por parte de las grandes petroleras [3]), pero también el negacionismo ignorante de personajes de la izquierda, como fue el curioso caso del peculiar presidente autonómico de Aragón Javier Lamban, quien dijo a través de twitter: "no parece que el cambio climático vaya a suponer la desaparición de la nieve", han permitido que las cosas lleguen al día de hoy, donde la molestia del tema ya es inevitable, y que hace que nos empecemos a preocupar por los claros indicios de que este cambio, mejor llamado catástrofe, nos afecta a todos, porque parece que, en relación a ciertas temáticas, el mundo occidental viva con la ilusión de que algunas cosas no le afectarán, como si estuvieran en una especie de "más allá" de lo real.

Un futuro desafiante parte de extrapolaciones que ya causan efectos innegables y que sitúa en el año 2037: grandes incendios, deshielo, desaparición de la biodiversidad, problemas con el agua...




II. CRISIS CLIMÁTICA Y DOCTRINA DEL SHOCK.

Uno de los temas que la serie sin duda aborda es el lado más perverso del capitalismo que introdujo, de nuevo, Naomi Klein, que en el año 2007 publicó un libro fundamental para entender esa perversidad: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, en el que se analiza en profundidad las tesis que impulsaron Milton Friedman y la Escuela de Economía de Chicago de aprovechar las crisis y catástrofes, con la conmoción y el miedo que generan en la ciudadanía, para aprovechar para imponer medidas impopulares que favorezcan el libre mercado:

una vez desatada la crisis, el profesor de la Universidad de Chicago estaba convencido de que era de la mayor importancia actuar con rapidez, para imponer los cambios rápida e irreversiblemente, antes de que la sociedad afectada volviera a instalarse en la «tiranía del statu quo». Estimaba que «una nueva administración disfruta de seis a nueve meses para poner en marcha cambios legislativos importantes; si no aprovecha la oportunidad de actuar durante ese período concreto, no volverá a disfrutar de ocasión igual». Es una variación del consejo de Maquiavelo según el cual vale más comunicar de una sola vez «las malas noticias», y supuso uno de los legados estratégicos más duraderos de Friedman. [4]

Es indudable que la catástrofe climática ya nos permite observar este tipo de maniobras. El primer episodio de la serie, situado en el 2037, se centra en este tema representado por una multinacional llamada Alpha y su joven CEO Nicholas Bilton (interpretado por Kit Harrington), quien en un discurso ante una de las habituales y frustrantes conferencias de la ONU para el cambio climático dice: "A principios de siglo el cambio climático fue descrito como un síntoma del capitalismo. Un síntoma. He venido a decir que el capitalismo es también la cura". Inevitablemente esto hay que entenderlo en la perspectiva de la doctrina del shock, y en la cual la catástrofe es siempre una oportunidad de negocio bajo la apariencia de solución. Como en la gran crisis económica del 2008, aquellos que provocaron la crisis, perversamente, eran los que se proponían para ofrecer la solución. Gran parte del primer capítulo gira en torno a esta idea. Los bosques arden, los casquetes polares se derriten, como lo hace Groenlandia, hay crisis global del agua, la especies animales desaparecen, y al mismo tiempo todo es objeto de posibles negocios: los metales que ofrecen las nuevas tierras producto del deshielo, la edificación de nuevos complejos hoteleros, la obtención del genoma de las especies en peligro de extinción, el agua a cambio de permitir el aumento de la temperatura de 2 a 2'2 grados por intereses económicos, como Bilton ofrece en su conferencia sobre el cambio climático.




Una forma de ver el capitalismo del desastre es verlo como la manifestación en lo social del narcisismo perverso: lo importante no son las víctimas de los desastres, sean del tipo que sean, sino la oportunidad que generan de imponer leyes que favorecen al libre mercado. Bajo las reflexiones manipuladoras como las de Bilton: "Es perfectamente posible que los límites que hemos creado para los negocios estén limitando a su vez nuestra capacidad de resolver el problema del cambio climático", se esconde la realidad de lo que Naomi Klein llama los creyentes de la doctrina del shock:

Los creyentes de la doctrina del shock están convencidos de que solamente una gran ruptura —como una inundación, una guerra o un ataque terrorista— puede generar el tipo de tapiz en blanco, limpio y amplio que ansían. En esos períodos maleables, cuando no tenemos un norte psicológico y estamos físicamente exiliados de nuestros hogares, los artistas de lo real sumergen sus manos en la materia dócil y dan principio a su labor de remodelación del mundo. [5]

III. EL DESPRECIO DEL PRESENTE POR EL BENEFICIO DEL FUTURO.

A Alfa le interesa una sola cosa: identificar qué del presente pertenece al futuro. Un futuro mejor, un futuro con elefantes de bancos genéticos, orangutanes y, por lo que dicen, tal vez ballenas jorobadas (Nick Bilton).

El segundo episodio, situado en el año 2046, el que más me ha gustado, tiene por protagonista la que es considerada "la última ballena" y, por tanto, un potencial "activo" que pasa a ser codiciado por una empresa dedicada a obtener toda la información posible sobre ella a efectos de, como dice Bilton en la frase con la que inicio este punto, hacer un futuro mejor. La empresa, llamada Menagerie, colabora con Alpha, la empresa de Bilton y, por tanto, se puede entender rápido que un futuro mejor hay que entenderlo también como un negocio mejor. Como dice uno de los directivos de Menagerie: "Y si no le vaciamos el cerebro antes de que se entere que es la última ballena del mundo, vamos a quedarnos sin negocio". 

Que para este tipo de pensamiento económico del capitalismo perverso la ética no cuenta es algo que es fácil de imaginar, y, en consecuencia, para el capitalismo del desastre aun menos. La historia de centra en el engaño al que es sometida la última ballena (a través de unos instrumentos que traducen su complejo lenguaje a lenguaje humano), en la que para sustraerle toda la información se le hace crecer que en la zona hay un macho para mantenerla en ella. En realidad, el supuesto macho no es más que sonidos gravados de uno que murió hace ya siete años. Rebecca (la bióloga marina interpretada por Sienna Miller), en desacuerdo con esta manipulación emocional, quiere advertirla para que huya: "Queríamos conocer tu interior, como funciona tu vida. Lo queríamos para nosotros, no para mejorártela. Te decimos que nades a un lugar en el que morirás. Somos nosotros, no él."





La cuestión que se plantea en este episodio es como vamos a construir un "futuro mejor" si partimos de las mismas premisas que nos han llevado a este presente. Como vamos a tener un futuro mejor si partimos de una historia regida por la compulsión a la repetición, a pesar de los múltiples "trajes" con las que se disfraza. Ante la expectativa, como le cuenta Rebecca, de que en el futuro puedan haber nuevas ballenas (producto de la obtención de su genoma y de la información obtenida) la ballena le pregunta: ¿Y como será diferente la próxima vez? Una constatación de cómo va a ser distinto si el inicio de todo esto se basa en la mentira, pues, efectivamente, y como le dice Rebecca: "Te estamos mintiendo. Es lo que hace nuestra especie cuando sufrimos." 

No hace falta indicar que esta manipulación y explotación hecha a la ballena, es la manipulación a la que los seres humanos somos sometidos por ese capitalismo perverso, por ese capitalismo del desastre amparado muchas veces por el que es su frecuente cómplice, los estados y sus gobiernos. Sólo habrá un futuro mejor si somos capaces de hacer las cosas mejor en el presente, aquí y ahora. Como le responde Rebecca a la pregunta de la ballena de cómo será diferente la próxima vez: "Solo cambiará si cambiamos nosotros. Si dejamos de mentir acerca del mundo. Si dejamos de esperar que los que vendrán vayan a arreglar lo que nosotros no arreglamos". No obstante, añade, hablando del futuro: "Les ensañarás la manera de estar en el mundo. Adviérteles de nosotros, verán lo que podemos hacer, lo que ya hemos hecho."

Llegado aquí, siempre retorno a las palabras de C. G. Jung que tantas veces he citado y que tanto me inquietan desde que las leí: "El mundo en el que nacemos es rudo y cruel y al mismo tiempo de belleza divina. Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el absurdo o el sentido. Si el absurdo predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es – o me parece ser – el caso. Probablemente, como en todas las cuestiones metafísicas, ambas cosas son ciertas: la vida es sentido y absurdo o tiene sentido y carece de él. Tengo las angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla. [6] 

El narcisismo perverso del capitalismo del desastre está en el lado del absurdo, del sinsentido. De manera parecida se expresaba el filósofo Pierre Hadoq en la entrada que dediqué a la película Contact (Robert Zemeckis, 1997) - acceder entrada aquí -, quien en relación a la exploración y conquista espacial decía:

Sin viaje cósmico interior, sin mirada desde lo alto vivida como ejercicio espiritual de desprendimiento, de liberación, de purificación, los viajeros del espacio seguiran llevando la tierra con ellos al espacio, no la Tierra parte del cosmos, si no la tierra símbolo de lo humano demasiado humano, la mezquindad humana [...] El espacio corre entonces el riesgo de no ser más que el teatro ampliado de estas absurdas guerras de religión - o políticas y económicas, añado yo - que continuan desgarrando a la humanidad  en los inicios del siglo XXI. La conquista del espacio corre el riesgo de proporcionar solamente un campo más vasto a la locura humana. [7]

Avatar (James Cameron, 2014) - acceder entrada aquí - sería un buen ejemplo del peligro indicado por Hadot.

IV. LA NEUTRALIDAD CÓMPLICE.

Si la negación o el negacionismo, más o menos voluntarios o involuntarios, son cómplices de la catástrofe climática y del capitalismo del desastre, no menos, si no aun más grave, lo es la "neutralidad", esa manera de asistir a los acontecimientos como si fuéramos meros observadores de una realidad que no va con nosotros.

El episodio 3, situado en el 2047, con una Miami inundada, nos narra una historia sobre "el silencio De Dios, protagonizada por el rabino Marshall Zucker (interpretado por David Diggs) y una niña descreída y crítica, Anala Goldblatt (protagonizada por Neska Rose). El rabino Zucker lo es del templo Israel, y ante el problema de las inundaciones tiene como objetivo que el gobierno declare su templo digno de ser salvado de las aguas (aparece un curioso Departamento de Mitigación del nivel del mar). El primer choque entre la mirada neutra del rabino y la joven díscola ya establece sus puntos de vista opuestos. Dice en un momento el rabino en el templo: "Este año mi plegaria es sencilla: que nuestros dirigentes de Tallahassee salven este edificio, y que el año que viene estemos todos juntos aquí, en Miami." A esta extraña demanda en tiempos de una gran crisis se opone la joven Atala quien, posteriormente, le dice al rabino: "¿De verdad cree que estaremos aquí la próxima Pascua? [...] ¿No cree en la ciencia? Estamos en un apocalipsis ¿De verdad a Dios le importa un bar mitzvá?" Más adelante, en un cena familiar preguntará a su padre - un corrupto sobornador de funcionarios "¿porqué nos hace esto Dios?" Como con el rabino, de él sólo recibe incomprensión. Nadie parece asumir ninguna responsabilidad en lo que ocurre, como si no fuera con ellos. El rabino se preocupa por su templo y el padre de Anala sigue son sus corruptelas como si nada importara. Finalmente, será gracias a una de estas corruptelas que se salvará el templo a costa de abandonar un centro de desamparados, ante un desorientado rabino que no sabía de ese acuerdo, o como le dirá posteriormente Alana, quizá no quiso saberlo.

Esta manera de afrontar la crisis climática, esa neutralidad, es quizá la más desesperante. Parecemos dejarlo todo a estas reuniones sobre el cambio climático inoperantes porque todos los estados, al final, tan sólo miran por sus intereses. Los gobiernos no tienen ni idea de como afrontar la telaraña creada por el capitalismo y ese motor pulsional que es su núcleo: el capital. Los partidos políticos siguen, como el rabino o el padre de Alana, queriendo mantener sus templos al precio que haga falta, y la ceguera es uno de ellos. Las multinacionales imponen los timings bajo la amenaza de la crisis económica que provocaría afrontar los cambios que requiere enfrentar la crisis climática. Mientras, una gran parte de la población mundial asiste  impotente a sus efectos; otra parte se manifiesta incrédula dispuesta a escuchar y a creer los mensajes de narcisistas peligrosos establecidos como los gobernantes de los países más poderosos;  muchos seguimos contemplando desde la neutralidad de las manos cruzadas esa gran estafa que el capital nos obliga a vivir. Esa crisis mundial que vivimos (post-pandemia covid, guerra de Rusia contra Ucrania con todas las implicaciones económicas que ha tenido y tiene, y bajo el trasfondo de la catástrofe climática) es el escenario perfecto de desorientación psicológica y falta de sentido que favorece que el capitalismo del desastre imponga su absurda visión de la vida como negocio y la ciega pulsión del beneficio.

Alana dará una clase magistral en la celebración de su bar mitzvá de lo que cada uno puede hacer si se lo propone: denuncia ante todos los presentes que nuestra ciudad flota sobre los cadáveres de los pobres, y en un momento clave dice: "Dios limpiará el planeta y habrá que empezar de cero. ¿Y a quién elegirá para sobrevivir? A mi padre no, porque él soborna a funcionarios. No tengo tiempo para esperar el juicio de Dios, por eso lo he denunciado a la policía." Y ante los esfuerzos del rabino para que deje su "discurso" y recordarle que como hija de los mandamientos debe honrar a su padre, Alana le responde si quiere que le recuerde algunas cosas a él, y así le pone un video de la época en que Zucker estuvo en Israel, y en la que decía:

Vivimos en tiempos de crisis. No muy lejos de aquí desplazados medioambientales necesitan agua y comida. Y estad seguros de que todo líder que no intente mejorar esta situación es cómplice. Como dijo Ellie Wiesel, la neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima.

Y añade entonces: Pero usted dejó Israel, ¿verdad? Usted dejó desamparados a estos refugiados [...] Lo que sé es que vio desde la barrera lo que pasaba aquí en Miami, mientras los sin techo a los que tanto ama se quedaban sin refugio. Y ante la objeción del rabino de que el no lo sabía, Alana le responde: "o tal vez no quiso saberlo".

No hay mucho mucho más que añadir.



V. RIESGOS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS.

Somos como dioses, y ya se nos puede dar bien.

La serie también reflexiona sobre los peligros de los riesgos científicos. El cuarto episodio, situado en el 2059 nos previene de las decisiones científicas no contempladas en todas sus consecuencias o asumiendo incertidumbres que no se pueden prever. Uno diría que es un capítulo basado en teorías como las del caos o de las catástrofes, y que nos dice que un pequeño cambio en un sistema puede producir otros cambios cuyos efectos no se puede predecir. En este sentido lo que aparentemente se soluciona por un lado, por otro se complica:

- se trata de inseguridad y futuro, de decisión y actitud. Existe inseguridad con respecto a las consecuencias que derivarán de una decisión. La misma podrá dar lugar a consecuencias buenas o malas. Los beneficios y las pérdidas pertenecen en cualquier caso al futuro, un futuro que resulta desconocido y que esconde peligros, aunque también abre posibilidades y promete beneficios. La decisión de influir sobre el futuro no puede tomarla nadie por uno. [8]

En el episodio se plantea el conflicto entre asumir el riesgo que plantea una disciplina a la que llaman geoingeniería y sus hipótesis de intervención sobre el clima, o no. Esa es la decisión que toma el gobierno de USA (junto con otros gobiernos), no asumir la solución solamente desde un punto de vista científico-tecnológico y tener en cuenta otras consideraciones provenientes de otros marcos o puntos de vista.

Partiendo de un conflicto de puntos de vista sobre el uso de la geoingeniería de una ex-pareja de científicos, Gita Mishra (interpretada por Indira Varma), partidaria de su utilización y propietaria de una empresa tecnológica llamada NSI (New Skie Investigations), y Jonathan Chopin (interpretado por Edward Furlong), posicionado en contra por los riesgos e incertidumbres que comporta, y del posicionamiento de su hijo, Rowan Chopin (interpretado por Michael Gandolfini), en favor de su madre. Madre e hijo se proponen utilizar una tecnología (crear una capa de Carbonato Cálcico en la atmósfera para reflejar la luz del sol, con lo cual la temperatura global disminuiría) basada en intervenir artificialmente el clima faltando a una de las bases fundamentales de la investigación científica: hay que poder repetir un experimento para poder ver que se obtienen los mismos datos, o para, entonces, cambiarlo. Faltar a este principio fundamental implica asumir un alto nivel de riesgo sobre un sistema complejo  como el clima. Como dice Jonathan: "la geoingeniería no lo permite. Tienes una oportunidad y luego vives con los resultados. Eso no es ciencia es jugársela"

La cuestión es que Gita y Rowan están dispuestos a asumir estos riesgos tecnológicos de carácter ecológico desafiando los acuerdos de los estados al respecto. En este sentido, este tipo de asunción de riesgos que implica la posibilidad de las llamadas catástrofes larvadas se debe a que en sistemas tan complejos como los ecosistemas o el clima los procesos:

... de autocontrol y autoorganización es tan complejo que escapa a cualquier intervención técnico-causal. Sin embargo, puede hacerse, mediante una intervención externa, que el ecosistema salga de su estructura procesadora y que, por consiguiente, pierda su flexibilidad, provocándose una catástrofe larvada que puede llegar a anular el equilibrio del conjunto del sistema. [9]


Y esto es lo que ocurrirá. Una vez liberado el Carbonato Cálcico en la atmósfera, en un lugar de la India, al final del episodio 5 acaba con el inicio de una tormenta aparentemente bienvenida. Sin embargo, al final oímos unas palabras que dicen: ¡Atención! Alerta de inundación imprevistas en los estados de Madhya Pradesh, Rajastán y Haryana. Se nos ha informado de lluvias torrenciales que pueden causar daños en infraestructuras cruciales. No se refugien bajo tierra. Repito. No se refugien del calor extremo bajo tierra.  Actúen con celeridad para salvar la vida.

VI. ÚLTIMAS REFLEXIONES.

La serie pone de relieve las consecuencias del narcisismo en distintos niveles. El narcisismo perverso del capitalismo del desastre, con su falta de empatía, o peor aun, una falsa empatía utilitaria orientada a su propio beneficio. Manipulación, mentira, hipocresía, etcétera al servicio de sus intereses, y del que la idea presentada en el punto 2 de esta entrada es un buen ejemplo en relación con la catástrofe climática: el desprecio del presente por el beneficio del futuro.

La serie también pone de relieve el narcisismo implícito en actitudes como la neutralidad que, en una pequeña escala, se inhibe de la crisis que sufrimos para encerrarse en salvaguardar el propio pequeño mundo centrándose en conservar el valor de aquello que se considera importante para este, desentendiéndose de la situación de crisis que estamos viviendo, una mirada desde la barrera, como si lo cosa no fuera con ellos.

Finalmente, tenemos el narcisismo de lo que hemos llamado el riesgo científico-tecnológico, que muy bien resume la actitud que algunos científicos, ingenieros, etcétera, pueden desarrollar, una inflación egoica que muy bien resume la frase "somos como dioses, y ya se nos puede dar bien."


NOTAS.
_____________________

[1] Cardona, Jaume. Reflexiones sobre la pandemia del covid 19. Llibres Gestalt Dimensions, pág. 15
[2] Klein, Naomi. Esto lo cambia todo: El capitalismo contra el clima. Grupo Planeta. Ed. Kindle, pos. 109-116
[3] Ver el documental "Campaign against the climate", 2020
Hay una versión gratuita en TV3: Negacionistas del candi climàtic:
En internet pueden encontrarse distintas plataformas donde puede verse.
[4] Klein, Naomi. La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Ediciones Paidós. Edición de Kindle, pág. 23
[5] Ver nota 4, pág., 47
[6] Jung C.G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Editorial Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 375
[7] Hadot, Pierre. No te olvides de vivir. Goethe y la tradición de los ejercicios espirituales. Editorial Siruela, pág. 89.
[8] Bechman, Gothard. Riesgo y desarrollo técnico-científico. sobre la importancia social de la investigación y valoración del riesgo. Publicado en 1995
[9] Ver nota 8 


PELÍCULAS RELACIONADAS. Pulsar título para acceder a la entrada.
_____________________________











sábado, 17 de marzo de 2018

SUEÑOS (DREAMS, Akira Kurosawa, 1990). SUEÑO 8. El pueblo de los molinos de agua. Los sueños arquetípicos y la difícil sencillez.


El pueblo, o la aldea de los molinos de agua, es el último de los ocho sueños de Akira Kurosawa.  Viniendo de los últimos dos sueños en los que la temática nuclear y apocalíptica eran el tema dominante, este último sueño se nos presenta más como un sueño guía, o en términos junguianos como un sueño arquetípico. Como ya vimos en los tres últimos sueños anteriores a éste, toda la temática en torno a Van Gogh (sueño 5), y al tema del peligro nuclear (sueños 6 y 7), coinciden con el inicio de un período crítico en la vida de Kurosawa que va desde la incomprensión de la crítica en su propio país, así como la catástrofe de su experiencia americana y su definitivo "fracaso" a la vuelta a Japón, con la película "Dodeskaden" (1970) que conllevó la disolución de su productora "Yon Ki No Kai" (Los cuatro mosqueteros), a lo que siguió su caída en una fuerte depresión con su intento de suicidio en 1971 (cuando contaba con con 61 años y llevaba 28 años como director).

1. SOBRE LOS SUEÑOS ARQUETÍPICOS.

Como decía anteriormente, El pueblo de los molinos de agua cabe considerarlo un sueño arquetípico y, en este sentido, vale la pena hacer dos consideraciones al respecto de este tipo de sueños. El primero de ellos hace referencia a cuando suelen producirse:

La experiencia de Jung indicaba que suelen producirse en coyunturas importantes de la vida de una persona; por ejemplo, durante la primera infancia, especialmente de los tres a los seis años; en la pubertad, al comienzo de la adultez, el principio de la segunda mitad de la vida (de los treinta y cinco a los cuarenta años), en el climaterio, antes de la muerte, y en otros momentos de crisis. Los sueños arquetípicos son también característicos del proceso de individuación, en especial durante la segunda mitad de la vida... [1]

Lo cual coincide con nuestro director en tanto en cuanto sufrió una severa crisis durante la segunda mitad de su vida. En segundo lugar hay que considerar que al hablar de sueños arquetípicos tenemos que ver en que se diferencian de lo que podríamos llamar los "sueños normales, o personales":

... el análisis de los sueños arquetípicos puede tener mayores efectos terapéuticos que el análisis de los sueños no arquetípicos, por dos motivos: al sacar al sujeto de su aislamiento respecto de otros seres humanos, y al contribuir a integrar su psique. En el primer caso, el sujeto se ve obligado a tomar consciencia de que no es el único ser humano que tiene esos problemas, y que "su dificultad objetiva debe enfocarse  desde el punto de vista de la condición humana" (OC10, par. 323). En segundo término, se acentúa la totalidad o integridad del sujeto que sueña: su conciencia, "entra en armonía con... la ley natural de su propio ser" (OC16, par. 351) [2]

El hecho de que considere este sueño de Kurosawa como un sueño arquetípico se debe a dos razones. Por un lado a la consideración de que un sueño arquetípico incluye una o más figuras arquetípicas, como en nuestro caso representa el anciano que el soñante se encuentra en la aldea, al que muy bien podríamos contemplar como una imagen del arquetipo del viejo sabio, así como las propias ruedas de los molinos de agua, una forma mandálica sobre la que posteriormente meditaremos. Por otro lado, el hecho de que los sueños arquetípicos parecen corresponder a un nivel distinto de aquellos que llamamos "sueños personales":

A diferencia de los sueños no arquetípicos, que por lo general se centran en la situación psíquica inmediata del sujeto que sueña, un sueño arquetípico puede referirse a su "destino" [...] El sueño parece surgir de un "nivel diferente" (OC17, par. 209) del inconsciente. Aun cuando no se lo entienda, dicho sueño enriquece la experiencia del individuo; Jung los describió como sueños que "durante años enteros sobresalían como hitos espirituales" (OC17, par. 208) [3]

Las ruedas de los molinos.

II. EL SUEÑO.

El sueño lo podemos dividir en tres escenas:

- Primera escena.

La primera escena nos presenta al soñante llegando a un pueblo, y andando por unos sencillos puentes de madera que atraviesan un río en el que vemos distintas ruedas de molinos de agua girando con su curso. Por el mismo camino por el que va el soñante, vemos la llegada de unos niños que recogen flores y que, tras hacerlo, siguen su camino, para un poco más adelante dejarlas sobre una roca en la que ya hay depositadas algunas flores. El soñante sigue entonces andando por la aldea hasta llegar a un lugar donde hay un anciano construyendo una rueda de molino.

Los niños depositando flores en la roca.
- Segunda escena.

La segunda escena está caracterizada por el diálogo que establece el soñante con el anciano del lugar. Pronto observamos que el anciano despliega esa sabiduría de la persona que vive cerca de la Naturaleza. Destacamos de este diálogo:

1 - "La gente siente debilidad por las cosas cómodas. Ellos creen que las cosas cómodas son mejores y desechan las cosas verdaderamente buenas."

2 - "Lo único que nosotros pretendemos es llevar una vida natural, como hacía la gente antes". En relación con el punto anterior vemos la posición de equilibrio del hombre con la Naturaleza. El hombre utiliza lo que la Naturaleza le ofrece, y en ella se halla todo (el molino de agua es una buena representación del aprovechamiento de la fuerza de la corriente del agua): "Hoy día los seres humanos olvidan que también ellos forman parte de la Naturaleza, y que a ella le deben su existencia, pero la gente suele tratarla negligentemente creyendo de que con capaces de crear algo mucho mejor".

3 - En contraposición al "hombre natural", el anciano coloca al "hombre científico", a los que considera que si bien "intelectualmente están bien preparados, lo malo de ellos es que muchos ignoran el verdadero significado de la Naturaleza, y esos son los que se sienten orgullosos inventando cosas que sólo acarrearán tragedias a los seres humanos [...] Las cosas más importantes para los seres humanos son el aire puro y el agua pura [...] El agua, el aire contaminados contaminan incluso la mente humana".

4 - Finalmente el tema de la muerte, a raíz de un funeral que se celebra en la aldea y que parece más bien una celebración: "Un funeral debe ser un motivo de regocijo. Una persona vive bien, trabaja duro, y cuando muere se le felicita por el buen trabajo realizado. En esta aldea no tenemos ni templo ni sacerdote..." Una vez más nos encontramos con la buena disposición hacia la vida a pesar de su dureza: "A menudo se dice que la vida es penosa y cosas así, pero lo cierto es que esto es hablar por no callar. La verdad es que estar vivo es fantástico, es algo excitante."

El anciano de la aldea.
- Tercera escena.

La tercera escena es la procesión que acompaña a la fallecida con toda su música de celebración. Los niños al frente de ella lanzando pétalos de flor, los músicos y la gente de la aldea acompañando el féretro. Vemos como el anciano se une al frente junto a los niños... Al acabar de pasar la comitiva el soñante vuelve con sus pasos hacia atrás dejando la aldea de los molinos.

El funeral.

III. DESARROLLO DEL SUEÑO.

- Reflexiones previas.

Antes de entrar en materia con el sueño, me gustaría reflexionar sobre dos elementos de éste que considero fundamentales, en tanto en cuanto las podemos considerar como imágenes arquetípicas, y que, tal y como señalé anteriormente, son la rueda de molino y el anciano de la aldea.

- La rueda de molino.

Podemos considerar la rueda de molino como una bonita imagen que representa el arquetipo del self o el sí mismo, y del que, como Jung nos mostró con sus trabajos, el mandala es una de sus muchas representaciones, esa representación oriental caracterizada por un círculo, generalmente inscrito dentro de un cuadrado. La imagen del sueño de Kurosawa me parece especialmente bella, puesto que a la importancia que el Centro tiene en el mandala, se le une aquí la importancia de la circunferencia que se aprovecha de la fuerza motriz del río. Centro y exterior se unen a la corriente de la vida para adquirir la fuerza necesaria para llevar a cabo un movimiento equiparable a la acción y la reflexión en la vida. Como decía, una bella imagen en la que lo humano se beneficia de la Naturaleza, de la vida, sin destruirla, colaborando con ella. Mary-Ann Mataron, citando a Jung, decía que como resultado de la ampliación de la consciencia el individuo "entra en armonía con... la ley natural de su propio ser", lo que implica, y de acuerdo con la propia concepción del self junguiano, que en la medida en que estamos más en armonía con nuestro propio ser, lo estamos también más con la Naturaleza, pues como dice el anciano: "Hoy día los seres humanos olvidan que también ellos forman parte de la Naturaleza, y que a ella le deben su existencia". Desde mi perspectiva, ese vínculo que representa el mandala entre lo humano y lo trascendente, pasa en Kurosawa por la comunión con la naturaleza y, en ese sentido, recordemos que el self junguiano tiene esa cualidad trascendente, en el sentido en el que en la medida en que profundizamos en nosotros mismos, más nos compartimos con el resto de la Naturaleza y el Universo.


Las ruedas de molino hidraúlicos.

- El anciano como representante del arquetipo del anciano sabio.

El anciano que nuestro soñante halla en la aldea de los molinos se trata sin lugar a dudas de una imagen relacionada con el arquetipo del viejo sabio o del senex. Recordemos que esta imagen suele ser, generalmente, una imagen de sabiduría que, ante su necesidad, transmite al soñante "visión de las cosas, comprensión, buen consejo, decisión, previsión, etc,  pero que no pueden conseguirse por sus propios medios. El arquetipo compensa ese estado de carencia espiritual con contenidos que rellenan ese espacio vacío." [4]

- Una consideración final.

Hechas estas primeras consideraciones a nivel simbólico también me parece importante observar que, más allá de que las palabras del anciano pueden ser tomadas en desde su lado más ecologista y, como ya hemos indicado a lo largo de todos los sueños analizados, la lectura del sueño hay que hacerla en función del propio Kurosawa. Desde un punto de vista de la evolución del propio Kurosawa me parece significativo que después de su gran crisis, la siguiente película que dirigió fue Dersu Uzala (1975), una película basada concretamente en las relaciones del hombre con la Naturaleza a través de un cazador mongol cuyo vínculo se resume en una palabra que he utilizado anteriormente: la comunión. Hay un gran parecido entre nuestro anciano y Dersu Uzala en su aproximación a la naturaleza:

Todo en la Naturaleza es para Dersu Uzala algo valioso y fundamental. La vida animal, vegetal y mineral tiene para él un sentido sagrado, como el tigre Amba, al que le pide que se aleje para que no corra el riego de que lo maten los soldados, y que cuando le hiere, pese haberlo hecho en legítima defensa, también Dersu se siente herido, culpable por haber roto la armonía con el entorno. [5]

No tengo ninguna duda de que el sueño nos habla del regreso de Kurosawa a lo sencillo, de lo que sus dos últimas películas (Rapsodia en agosto y Madadayo) nos dan testimonio, tras haber realizado dos grandes producciones como Kagemusha (1980, producida por F. F. Coppoda y George Lucas) y  Ran (1985, producida por Serge Silbermann y Katsumi Furukawa).

Veamos ahora el desarrollo de las escenas.

- Desarrollo de la primera escena.

En esta escena adquieren dos elementos especial significación. En primer lugar las ruedas de los molinos hidráulicos, que ya hemos desarrollado en el punto anterior, y los niños, a los cuales hemos de ver en relación al arquetipo del niño. Como ya desarrollé el tema en una de las series del Decálogo de Kieslowski (Decálogo 7. No robarás - pulsar aquí para acceder -), una de las significaciones del arquetipo del niño tiene que ver con su carácter de futuro:

Un aspecto fundamental del motivo del niño es su  carácter de futuro. El niño es futuro en potencia. Por eso, la aparición del motivo del niño en la psicología del individuo suele significar una anticipación de desarrollos futuros, aunque a primera vista parezca tratarse de una formación retrospectiva. La vida, no hay que olvidarlo, es un transcurrir, un fluir hacia el futuro, y no una marea en retroceso [...] Esto corresponde exactamente a las experiencias de la psicología del individuo, que muestran que el "el niño" prepara una futura transformación de la personalidad. [6]

Es importante destacar este aspecto de fluidez hacia el futuro del arquetipo como la preparación que nos dirige hacia una transformación de la personalidad. Muy probablemente hay esa relación en la que la ancianidad se relaciona con la infancia en un sentido positivo, como vuelta a la espontaneidad, a la comprensión y a la mirada que da la experiencia de una vida, una mirada que vuelve a la inocencia pero desde la profundidad de esa experiencia. Una mirada a la vez cercana y distante, más desapegada y a la vez cálida. Probablemente es el camino que desde que Kurosawa rodó Dersu Uzala, tras su gran depresión, se inició, un camino hacia la sencillez, hacia la difícil simplicidad, a la creatividad más esencial. Es significativo como al final del sueño, el anciano que dialoga con el soñante se une a los niños... Quizá porque estos están aun cerca del misterio al llegar de él, mientras los ancianos también lo están porque a él retornan. Como muestra de que este pensamiento formaba parte de Kurosawa, veamos un fragmento de la carta que le escribió a Ingmar Bergman en el septuagésimo aniversario de éste, y ante su voluntad de no dirigir más películas:

Un ser humano nace como bebé, se convierte en niño, pasa por la juventud, la flor de la vida, y finalmente regresa a ser un bebé antes de que termine de vivir. Esta es, en mi opinión, la forma más ideal de la vida.

Creo que estará de acuerdo en que un ser humano se hace capaz de producir obras puras, sin restricciones, en los días de su segunda infancia.

Ahora tengo 77 años y estoy convencido de que mi trabajo real apenas está empezando.

- Desarrollo de la segunda escena.

Obviamente la segunda escena es el núcleo del sueño y viene determinada por el encuentro del soñante con el anciano de la aldea. Como decía, más allá del alegato ecologista, podemos también ver en ella el retorno a esa simplicidad vital a la que hacíamos mención en el anterior punto. El retorno a lo natural que el anciano propone, y que tan claramente contrapone a lo "cómodo", y que hoy en día deriva incluso a lo virtual, o a eso que se ha dado en llamar como la "era digital", desdeña que somos seres enraizados a la naturaleza y al contacto con otros seres humanos. Como dice el filósofo catalán Josep María Esquirol en un texto inspirado:

La proximidad con las cosas y con los otros no se aviene con las abstracciones. Es curioso que hoy más que nunca vamos faltos de concreción. Por eso es notoria la necesidad de un nuevo materialismo: el de las manos que cogen y tocan; el de los olores que olemos y el de los colores - no pantallizados - que vemos [...] El materialismo que nos falta no es el teórico - casi contradictorio en los términos -, sino el más concreto y, por lo tanto, el más verdadero de todos. Si no somos capaces, entonces sí que la era digital será, sobretodo, la era de la evasión, el opio renovado del pueblo. En forma imperativa se podría decir así: "Por favor, tocar tanto como podáis". Tocar la tierra, el tronco de los árboles, las piedras, la fruta, los cuerpos deseados... acariciar el aire y abrazar a los hijos y agarraros a la manta y haceros la comida. Quizá Heráclito, cerca del fuego, aprovechaba para asar un par de sardinas y tostar una rebanada de pan; el placer del primer mordisco habría estado precedido por el olor que el pescado y el pan desprendían de las brasas. Este es el auténtico materialismo de las cosas. [7]

A esto se refiere el anciano, a la vuelta a la esencia de las cosas que son las cosas en sí mismas en relación con nosotros. Ese ya era el mensaje de Dersu Uzala, como lo fue después en "Rapsodia en agosto", o "Madadayo".


Efectivamente, un paseo por el bosque es mucho más excitante que cualquier juego de realidad virtual, de la misma manera que una charla agradable lo es mucho más que cualquiera mantenida por WhatsApp, o una reflexión leída en la páginas de un libro mucho más que esas cápsulas concentradas en twitter, o un abrazo, un beso, un agradecimiento o la expresión de un rostro mucho más que un "like" en facebook. La vida es excitante, incluso calmadamente excitante, cuando nos unimos a ella, cuando nos unimos a aquello de lo que procedemos: "Hoy día los seres humanos olvidan que también ellos forman parte de la Naturaleza". Sólo podemos sentirnos vivos con lo vivo, con lo natural... el resto no es más que un camino hacia la instisfacción o hacia la anestesia y, más tarde o más temprano, hacia la ansiedad y la depresión. Dice H. D. Thoreau en un bonito texto:

En la profundidad del bosque, completamente solos, mientras el viento sacude la nieve de los árboles y dejamos detrás las únicas huellas humanas, vemos que nuestras reflexiones son mucho más variadas que las de la vida de las ciudades. Los paros y trepatroncos son una compañía más inspiradora que la de los estadistas y los filósofos, y regresaremos a esta última como quien vuelve a una compañía más vulgar. En este pequeño valle solitario, con su arroyuelo que fluye por la ladera, el hielo estriado y los cristales de todos los matices donde los abetos y pinabetes se elevan a ambos lados, y los juncos y la avena silvestre crecen en medio del riachuelo, nuestra vida es más serena y digna de contemplar [8]

La simplicidad y la sencillez que ofrece la vida natural son, paradójicamente, una gran fuente de excitación, sosiego y contemplación, tal y como Thoreau indica. En todo caso, y tras su gran crisis, la carrera cinematográfica de Kurosawa entró en su momento más álgido, y parece ser que él encontró finalmente la alegría de vivir. Ese retorno a su segunda infancia - como dice en la carta a Bergman -, fue su renacer creativo y existencial.

- Desarrollo de la tercera escena.

La tercera escena tiene que ver con la muerte, o con una visión de la muerte en función de la vida que se ha llevado. Llegar a la muerte con la sensación de haber realizado "un buen trabajo", o por decirlo de otra manera, con la sensación de que finalmente uno realizó su misión, es motivo de regocijo. Obviamente no es el caso del que murió joven, como indica el anciano (Kurosawa lo sabía bien por la muerte temprana de su hermana Momoyo, cuando aun era una adolescente - ver sueño 2 -, o de su hermano Heigo, que murió a los veintisiete - ver sueño 3 -. El camino propio, aquel que nos da sentido, no tiene nada que ver con los grandes logros. Como camino propio, y como sentido, tanto mérito tiene aquel que lo halla en las grandes reivindicaciones o en los grandes descubrimientos, como el que lo halla simplemente en arar la tierra para que esta de sus productos. La muerte se nos presente como un último acto de entrega y de agradecimiento: retornamos al misterio del que partimos. Y es bueno agradecer ese intermedio de consciencia que nos ha sido concedido, así como que también es bueno asumir la responsabilidad que la consciencia nos comporta y que tan a menudo declinamos. Kurosawa pudo morir con la conciencia de un trabajo bien realizado, y del que Francis Ford Coppoda decía:

Lo que le distingue del resto es que él no hizo una o dos obras maestras. Hizo, ya sabes, como unas ocho obras maestras.

El funeral y el regocijo.

____________________

[1] Mattoon, Mary-Ann. El análisis junguiano de los sueños. Ed. Paidós. Psicología profunda, pág. 92
[2] Ídem anterior, pág. 97
[3] Ídem anterior, pág. 90
[4] Jung, C. G. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Acerca de la fenomenología del espíritu en los cuentos. OC Volumen 9/1. Editorial Trotta, pár. 398
[5] Vidal, Manuel. Akira Kurosawa. Ed. Cátedra, pág. 249.
[6] Jung, C. G. Acerca del arquetipo del niño en OC Vol. 9/1 Los arquetipos y lo inconsciente colectivo, Ed. Trotta,  par. 278
[7] Esquirol, Josep Maria. Resistencia íntima: Ensayo de una filosofía de la proximidad. Quaderns Crema, assaig, págs. 64 y 64
[8] Thoreau, H. D. Un paseo de invierno. Lectulandia, págs. 9 y 10