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miércoles, 12 de abril de 2023

UN FUTURO DESAFIANTE (Extrapolations, Scott Z, Burns, 2023): Sobre la catástrofe climática, el capitalismo del desastre y el narcisismo a gran escala.


Un futuro desafiante (
Extrapolations, Scott Z. Burns,2023), serie lanzada por la plataforma de Apple TV+
 especula con el futuro a la vista de la catástrofe climática cuyos efectos son hoy en día ya innegables. La serie, recientemente estrenada, ha sido valorada de manera muy polar por la crítica, así como por el público. Más allá de la crítica que se le ha hecho por haber sido realizada por Apple, así como por haber sido protagonizada por actores muy conocidos, sobre todo cuando se la compara con otra serie excelente como Colapso (Canal Plus y Les parasites, 2019), no por ello deja de ofrecer interesantes puntos de reflexión desde el punto de vista que este blog se propone abordar. En este sentido, me centraré en cinco aspectos sobre los que la serie nos permite reflexionar y que, fundamentalmente, se definen en los cuatro primeros episodios de la serie, de los seis que hasta ahora he visto.

1. CATÁSTROFE Y TRAUMA.

En mi libro "Reflexiones sobre la pandemia del covid 19" (2020) lancé una teoría sobre la relación de la catástrofe con los efectos traumáticos sobre la población en la que decía:

Para comprender los distintos efectos de la pandemia del covid, y volviéndonos a referir a la idea del trauma, podemos decir que ofrece unas características traumáticas justas y adecuadas para que el ser humano se resienta de una manera globalizada y clara, a diferencia, como ya hemos visto, de los efectos traumáticos intensos, cortos y geo-localizados de las catástrofes naturales citadas o, y eso es más interesante, del trauma que es la catástrofe climática que, todo y siendo potencialmente mucho más peligrosa, el ritmo lento con el que se anuncia, los efectos geo-localizados con los que se manifiesta, no generan, no obstante, ningún cambio aparente en nuestro ritmo de vida. [1]

Como decía la periodista, escritora y activista Naomi Klein de la negación y el negacionismo de la catástrofe climática en su libro "Esto lo cambia todo" (2014):

 

Convivir con esta especie de disonancia cognitiva es simplemente una parte más del hecho de que nos haya tocado vivir este discordante momento de la historia, en el que una crisis que tanto nos hemos esforzado por ignorar nos está golpeando en plena cara y, aun así, optamos por doblar nuestra apuesta precisamente por aquellas cosas que son la causa misma de la crisis. 

 

Yo misma negué el cambio climático durante más tiempo del que me gustaría admitir. Sabía que estaba pasando, claro. No iba por ahí defendiendo como Donald Trump y los miembros del Tea Party que la sola continuación de la existencia del invierno es prueba suficiente de que la teoría es una patraña. Pero no tenía más que una idea muy aproximada y poco detallada, y apenas leía en diagonal la mayoría de las noticias al respecto, sobre todo, las que más miedo daban. Me decía a mí misma que los argumentos científicos eran demasiado complejos y que los ecologistas ya se estaban encargando de todo. Y continuaba desafiante comportándome como si no hubiera nada malo. [2]


Efectivamente, hemos vivido mucho tiempo de espaldas a este tema que viene desde 1980 anunciándose desde distintos ámbitos científicos (climatología, biología, geología, física, físico-química). Ya cuando era estudiante de biología recuerdo algunos libros que ya alertaban de la problemática que se nos avecinaba. La catástrofe climática, a diferencia de la crisis de la pandemia del covid 19, es que no alerta por igual a todo el mundo, lo cual hace que sus efectos no se perciban con la inmediatez a nivel global como si lo fue la pandemia, lo cual ha llevado a los estados a un constante aplazamiento del problema por una causa o por otra (básicamente político-económicas). Las actitudes derivadas del mecanismo de defensa de la negación, basado en ignorar realidades dolorosas o incómodas, o la del negacionismo interesado, característico de los grupos de la ultraderecha o de intereses económicos hoy conocidos (la criminal ocultación de datos por parte de las grandes petroleras [3]), pero también el negacionismo ignorante de personajes de la izquierda, como fue el curioso caso del peculiar presidente autonómico de Aragón Javier Lamban, quien dijo a través de twitter: "no parece que el cambio climático vaya a suponer la desaparición de la nieve", han permitido que las cosas lleguen al día de hoy, donde la molestia del tema ya es inevitable, y que hace que nos empecemos a preocupar por los claros indicios de que este cambio, mejor llamado catástrofe, nos afecta a todos, porque parece que, en relación a ciertas temáticas, el mundo occidental viva con la ilusión de que algunas cosas no le afectarán, como si estuvieran en una especie de "más allá" de lo real.

Un futuro desafiante parte de extrapolaciones que ya causan efectos innegables y que sitúa en el año 2037: grandes incendios, deshielo, desaparición de la biodiversidad, problemas con el agua...




II. CRISIS CLIMÁTICA Y DOCTRINA DEL SHOCK.

Uno de los temas que la serie sin duda aborda es el lado más perverso del capitalismo que introdujo, de nuevo, Naomi Klein, que en el año 2007 publicó un libro fundamental para entender esa perversidad: La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre, en el que se analiza en profundidad las tesis que impulsaron Milton Friedman y la Escuela de Economía de Chicago de aprovechar las crisis y catástrofes, con la conmoción y el miedo que generan en la ciudadanía, para aprovechar para imponer medidas impopulares que favorezcan el libre mercado:

una vez desatada la crisis, el profesor de la Universidad de Chicago estaba convencido de que era de la mayor importancia actuar con rapidez, para imponer los cambios rápida e irreversiblemente, antes de que la sociedad afectada volviera a instalarse en la «tiranía del statu quo». Estimaba que «una nueva administración disfruta de seis a nueve meses para poner en marcha cambios legislativos importantes; si no aprovecha la oportunidad de actuar durante ese período concreto, no volverá a disfrutar de ocasión igual». Es una variación del consejo de Maquiavelo según el cual vale más comunicar de una sola vez «las malas noticias», y supuso uno de los legados estratégicos más duraderos de Friedman. [4]

Es indudable que la catástrofe climática ya nos permite observar este tipo de maniobras. El primer episodio de la serie, situado en el 2037, se centra en este tema representado por una multinacional llamada Alpha y su joven CEO Nicholas Bilton (interpretado por Kit Harrington), quien en un discurso ante una de las habituales y frustrantes conferencias de la ONU para el cambio climático dice: "A principios de siglo el cambio climático fue descrito como un síntoma del capitalismo. Un síntoma. He venido a decir que el capitalismo es también la cura". Inevitablemente esto hay que entenderlo en la perspectiva de la doctrina del shock, y en la cual la catástrofe es siempre una oportunidad de negocio bajo la apariencia de solución. Como en la gran crisis económica del 2008, aquellos que provocaron la crisis, perversamente, eran los que se proponían para ofrecer la solución. Gran parte del primer capítulo gira en torno a esta idea. Los bosques arden, los casquetes polares se derriten, como lo hace Groenlandia, hay crisis global del agua, la especies animales desaparecen, y al mismo tiempo todo es objeto de posibles negocios: los metales que ofrecen las nuevas tierras producto del deshielo, la edificación de nuevos complejos hoteleros, la obtención del genoma de las especies en peligro de extinción, el agua a cambio de permitir el aumento de la temperatura de 2 a 2'2 grados por intereses económicos, como Bilton ofrece en su conferencia sobre el cambio climático.




Una forma de ver el capitalismo del desastre es verlo como la manifestación en lo social del narcisismo perverso: lo importante no son las víctimas de los desastres, sean del tipo que sean, sino la oportunidad que generan de imponer leyes que favorecen al libre mercado. Bajo las reflexiones manipuladoras como las de Bilton: "Es perfectamente posible que los límites que hemos creado para los negocios estén limitando a su vez nuestra capacidad de resolver el problema del cambio climático", se esconde la realidad de lo que Naomi Klein llama los creyentes de la doctrina del shock:

Los creyentes de la doctrina del shock están convencidos de que solamente una gran ruptura —como una inundación, una guerra o un ataque terrorista— puede generar el tipo de tapiz en blanco, limpio y amplio que ansían. En esos períodos maleables, cuando no tenemos un norte psicológico y estamos físicamente exiliados de nuestros hogares, los artistas de lo real sumergen sus manos en la materia dócil y dan principio a su labor de remodelación del mundo. [5]

III. EL DESPRECIO DEL PRESENTE POR EL BENEFICIO DEL FUTURO.

A Alfa le interesa una sola cosa: identificar qué del presente pertenece al futuro. Un futuro mejor, un futuro con elefantes de bancos genéticos, orangutanes y, por lo que dicen, tal vez ballenas jorobadas (Nick Bilton).

El segundo episodio, situado en el año 2046, el que más me ha gustado, tiene por protagonista la que es considerada "la última ballena" y, por tanto, un potencial "activo" que pasa a ser codiciado por una empresa dedicada a obtener toda la información posible sobre ella a efectos de, como dice Bilton en la frase con la que inicio este punto, hacer un futuro mejor. La empresa, llamada Menagerie, colabora con Alpha, la empresa de Bilton y, por tanto, se puede entender rápido que un futuro mejor hay que entenderlo también como un negocio mejor. Como dice uno de los directivos de Menagerie: "Y si no le vaciamos el cerebro antes de que se entere que es la última ballena del mundo, vamos a quedarnos sin negocio". 

Que para este tipo de pensamiento económico del capitalismo perverso la ética no cuenta es algo que es fácil de imaginar, y, en consecuencia, para el capitalismo del desastre aun menos. La historia de centra en el engaño al que es sometida la última ballena (a través de unos instrumentos que traducen su complejo lenguaje a lenguaje humano), en la que para sustraerle toda la información se le hace crecer que en la zona hay un macho para mantenerla en ella. En realidad, el supuesto macho no es más que sonidos gravados de uno que murió hace ya siete años. Rebecca (la bióloga marina interpretada por Sienna Miller), en desacuerdo con esta manipulación emocional, quiere advertirla para que huya: "Queríamos conocer tu interior, como funciona tu vida. Lo queríamos para nosotros, no para mejorártela. Te decimos que nades a un lugar en el que morirás. Somos nosotros, no él."





La cuestión que se plantea en este episodio es como vamos a construir un "futuro mejor" si partimos de las mismas premisas que nos han llevado a este presente. Como vamos a tener un futuro mejor si partimos de una historia regida por la compulsión a la repetición, a pesar de los múltiples "trajes" con las que se disfraza. Ante la expectativa, como le cuenta Rebecca, de que en el futuro puedan haber nuevas ballenas (producto de la obtención de su genoma y de la información obtenida) la ballena le pregunta: ¿Y como será diferente la próxima vez? Una constatación de cómo va a ser distinto si el inicio de todo esto se basa en la mentira, pues, efectivamente, y como le dice Rebecca: "Te estamos mintiendo. Es lo que hace nuestra especie cuando sufrimos." 

No hace falta indicar que esta manipulación y explotación hecha a la ballena, es la manipulación a la que los seres humanos somos sometidos por ese capitalismo perverso, por ese capitalismo del desastre amparado muchas veces por el que es su frecuente cómplice, los estados y sus gobiernos. Sólo habrá un futuro mejor si somos capaces de hacer las cosas mejor en el presente, aquí y ahora. Como le responde Rebecca a la pregunta de la ballena de cómo será diferente la próxima vez: "Solo cambiará si cambiamos nosotros. Si dejamos de mentir acerca del mundo. Si dejamos de esperar que los que vendrán vayan a arreglar lo que nosotros no arreglamos". No obstante, añade, hablando del futuro: "Les ensañarás la manera de estar en el mundo. Adviérteles de nosotros, verán lo que podemos hacer, lo que ya hemos hecho."

Llegado aquí, siempre retorno a las palabras de C. G. Jung que tantas veces he citado y que tanto me inquietan desde que las leí: "El mundo en el que nacemos es rudo y cruel y al mismo tiempo de belleza divina. Es cuestión de temperamento creer qué es lo que predomina: el absurdo o el sentido. Si el absurdo predomina se desvanecería en gran medida el sentido de la vida en rápida evolución. Pero tal no es – o me parece ser – el caso. Probablemente, como en todas las cuestiones metafísicas, ambas cosas son ciertas: la vida es sentido y absurdo o tiene sentido y carece de él. Tengo las angustiosa esperanza de que el sentido prevalecerá y ganará la batalla. [6] 

El narcisismo perverso del capitalismo del desastre está en el lado del absurdo, del sinsentido. De manera parecida se expresaba el filósofo Pierre Hadoq en la entrada que dediqué a la película Contact (Robert Zemeckis, 1997) - acceder entrada aquí -, quien en relación a la exploración y conquista espacial decía:

Sin viaje cósmico interior, sin mirada desde lo alto vivida como ejercicio espiritual de desprendimiento, de liberación, de purificación, los viajeros del espacio seguiran llevando la tierra con ellos al espacio, no la Tierra parte del cosmos, si no la tierra símbolo de lo humano demasiado humano, la mezquindad humana [...] El espacio corre entonces el riesgo de no ser más que el teatro ampliado de estas absurdas guerras de religión - o políticas y económicas, añado yo - que continuan desgarrando a la humanidad  en los inicios del siglo XXI. La conquista del espacio corre el riesgo de proporcionar solamente un campo más vasto a la locura humana. [7]

Avatar (James Cameron, 2014) - acceder entrada aquí - sería un buen ejemplo del peligro indicado por Hadot.

IV. LA NEUTRALIDAD CÓMPLICE.

Si la negación o el negacionismo, más o menos voluntarios o involuntarios, son cómplices de la catástrofe climática y del capitalismo del desastre, no menos, si no aun más grave, lo es la "neutralidad", esa manera de asistir a los acontecimientos como si fuéramos meros observadores de una realidad que no va con nosotros.

El episodio 3, situado en el 2047, con una Miami inundada, nos narra una historia sobre "el silencio De Dios, protagonizada por el rabino Marshall Zucker (interpretado por David Diggs) y una niña descreída y crítica, Anala Goldblatt (protagonizada por Neska Rose). El rabino Zucker lo es del templo Israel, y ante el problema de las inundaciones tiene como objetivo que el gobierno declare su templo digno de ser salvado de las aguas (aparece un curioso Departamento de Mitigación del nivel del mar). El primer choque entre la mirada neutra del rabino y la joven díscola ya establece sus puntos de vista opuestos. Dice en un momento el rabino en el templo: "Este año mi plegaria es sencilla: que nuestros dirigentes de Tallahassee salven este edificio, y que el año que viene estemos todos juntos aquí, en Miami." A esta extraña demanda en tiempos de una gran crisis se opone la joven Atala quien, posteriormente, le dice al rabino: "¿De verdad cree que estaremos aquí la próxima Pascua? [...] ¿No cree en la ciencia? Estamos en un apocalipsis ¿De verdad a Dios le importa un bar mitzvá?" Más adelante, en un cena familiar preguntará a su padre - un corrupto sobornador de funcionarios "¿porqué nos hace esto Dios?" Como con el rabino, de él sólo recibe incomprensión. Nadie parece asumir ninguna responsabilidad en lo que ocurre, como si no fuera con ellos. El rabino se preocupa por su templo y el padre de Anala sigue son sus corruptelas como si nada importara. Finalmente, será gracias a una de estas corruptelas que se salvará el templo a costa de abandonar un centro de desamparados, ante un desorientado rabino que no sabía de ese acuerdo, o como le dirá posteriormente Alana, quizá no quiso saberlo.

Esta manera de afrontar la crisis climática, esa neutralidad, es quizá la más desesperante. Parecemos dejarlo todo a estas reuniones sobre el cambio climático inoperantes porque todos los estados, al final, tan sólo miran por sus intereses. Los gobiernos no tienen ni idea de como afrontar la telaraña creada por el capitalismo y ese motor pulsional que es su núcleo: el capital. Los partidos políticos siguen, como el rabino o el padre de Alana, queriendo mantener sus templos al precio que haga falta, y la ceguera es uno de ellos. Las multinacionales imponen los timings bajo la amenaza de la crisis económica que provocaría afrontar los cambios que requiere enfrentar la crisis climática. Mientras, una gran parte de la población mundial asiste  impotente a sus efectos; otra parte se manifiesta incrédula dispuesta a escuchar y a creer los mensajes de narcisistas peligrosos establecidos como los gobernantes de los países más poderosos;  muchos seguimos contemplando desde la neutralidad de las manos cruzadas esa gran estafa que el capital nos obliga a vivir. Esa crisis mundial que vivimos (post-pandemia covid, guerra de Rusia contra Ucrania con todas las implicaciones económicas que ha tenido y tiene, y bajo el trasfondo de la catástrofe climática) es el escenario perfecto de desorientación psicológica y falta de sentido que favorece que el capitalismo del desastre imponga su absurda visión de la vida como negocio y la ciega pulsión del beneficio.

Alana dará una clase magistral en la celebración de su bar mitzvá de lo que cada uno puede hacer si se lo propone: denuncia ante todos los presentes que nuestra ciudad flota sobre los cadáveres de los pobres, y en un momento clave dice: "Dios limpiará el planeta y habrá que empezar de cero. ¿Y a quién elegirá para sobrevivir? A mi padre no, porque él soborna a funcionarios. No tengo tiempo para esperar el juicio de Dios, por eso lo he denunciado a la policía." Y ante los esfuerzos del rabino para que deje su "discurso" y recordarle que como hija de los mandamientos debe honrar a su padre, Alana le responde si quiere que le recuerde algunas cosas a él, y así le pone un video de la época en que Zucker estuvo en Israel, y en la que decía:

Vivimos en tiempos de crisis. No muy lejos de aquí desplazados medioambientales necesitan agua y comida. Y estad seguros de que todo líder que no intente mejorar esta situación es cómplice. Como dijo Ellie Wiesel, la neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima.

Y añade entonces: Pero usted dejó Israel, ¿verdad? Usted dejó desamparados a estos refugiados [...] Lo que sé es que vio desde la barrera lo que pasaba aquí en Miami, mientras los sin techo a los que tanto ama se quedaban sin refugio. Y ante la objeción del rabino de que el no lo sabía, Alana le responde: "o tal vez no quiso saberlo".

No hay mucho mucho más que añadir.



V. RIESGOS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS.

Somos como dioses, y ya se nos puede dar bien.

La serie también reflexiona sobre los peligros de los riesgos científicos. El cuarto episodio, situado en el 2059 nos previene de las decisiones científicas no contempladas en todas sus consecuencias o asumiendo incertidumbres que no se pueden prever. Uno diría que es un capítulo basado en teorías como las del caos o de las catástrofes, y que nos dice que un pequeño cambio en un sistema puede producir otros cambios cuyos efectos no se puede predecir. En este sentido lo que aparentemente se soluciona por un lado, por otro se complica:

- se trata de inseguridad y futuro, de decisión y actitud. Existe inseguridad con respecto a las consecuencias que derivarán de una decisión. La misma podrá dar lugar a consecuencias buenas o malas. Los beneficios y las pérdidas pertenecen en cualquier caso al futuro, un futuro que resulta desconocido y que esconde peligros, aunque también abre posibilidades y promete beneficios. La decisión de influir sobre el futuro no puede tomarla nadie por uno. [8]

En el episodio se plantea el conflicto entre asumir el riesgo que plantea una disciplina a la que llaman geoingeniería y sus hipótesis de intervención sobre el clima, o no. Esa es la decisión que toma el gobierno de USA (junto con otros gobiernos), no asumir la solución solamente desde un punto de vista científico-tecnológico y tener en cuenta otras consideraciones provenientes de otros marcos o puntos de vista.

Partiendo de un conflicto de puntos de vista sobre el uso de la geoingeniería de una ex-pareja de científicos, Gita Mishra (interpretada por Indira Varma), partidaria de su utilización y propietaria de una empresa tecnológica llamada NSI (New Skie Investigations), y Jonathan Chopin (interpretado por Edward Furlong), posicionado en contra por los riesgos e incertidumbres que comporta, y del posicionamiento de su hijo, Rowan Chopin (interpretado por Michael Gandolfini), en favor de su madre. Madre e hijo se proponen utilizar una tecnología (crear una capa de Carbonato Cálcico en la atmósfera para reflejar la luz del sol, con lo cual la temperatura global disminuiría) basada en intervenir artificialmente el clima faltando a una de las bases fundamentales de la investigación científica: hay que poder repetir un experimento para poder ver que se obtienen los mismos datos, o para, entonces, cambiarlo. Faltar a este principio fundamental implica asumir un alto nivel de riesgo sobre un sistema complejo  como el clima. Como dice Jonathan: "la geoingeniería no lo permite. Tienes una oportunidad y luego vives con los resultados. Eso no es ciencia es jugársela"

La cuestión es que Gita y Rowan están dispuestos a asumir estos riesgos tecnológicos de carácter ecológico desafiando los acuerdos de los estados al respecto. En este sentido, este tipo de asunción de riesgos que implica la posibilidad de las llamadas catástrofes larvadas se debe a que en sistemas tan complejos como los ecosistemas o el clima los procesos:

... de autocontrol y autoorganización es tan complejo que escapa a cualquier intervención técnico-causal. Sin embargo, puede hacerse, mediante una intervención externa, que el ecosistema salga de su estructura procesadora y que, por consiguiente, pierda su flexibilidad, provocándose una catástrofe larvada que puede llegar a anular el equilibrio del conjunto del sistema. [9]


Y esto es lo que ocurrirá. Una vez liberado el Carbonato Cálcico en la atmósfera, en un lugar de la India, al final del episodio 5 acaba con el inicio de una tormenta aparentemente bienvenida. Sin embargo, al final oímos unas palabras que dicen: ¡Atención! Alerta de inundación imprevistas en los estados de Madhya Pradesh, Rajastán y Haryana. Se nos ha informado de lluvias torrenciales que pueden causar daños en infraestructuras cruciales. No se refugien bajo tierra. Repito. No se refugien del calor extremo bajo tierra.  Actúen con celeridad para salvar la vida.

VI. ÚLTIMAS REFLEXIONES.

La serie pone de relieve las consecuencias del narcisismo en distintos niveles. El narcisismo perverso del capitalismo del desastre, con su falta de empatía, o peor aun, una falsa empatía utilitaria orientada a su propio beneficio. Manipulación, mentira, hipocresía, etcétera al servicio de sus intereses, y del que la idea presentada en el punto 2 de esta entrada es un buen ejemplo en relación con la catástrofe climática: el desprecio del presente por el beneficio del futuro.

La serie también pone de relieve el narcisismo implícito en actitudes como la neutralidad que, en una pequeña escala, se inhibe de la crisis que sufrimos para encerrarse en salvaguardar el propio pequeño mundo centrándose en conservar el valor de aquello que se considera importante para este, desentendiéndose de la situación de crisis que estamos viviendo, una mirada desde la barrera, como si lo cosa no fuera con ellos.

Finalmente, tenemos el narcisismo de lo que hemos llamado el riesgo científico-tecnológico, que muy bien resume la actitud que algunos científicos, ingenieros, etcétera, pueden desarrollar, una inflación egoica que muy bien resume la frase "somos como dioses, y ya se nos puede dar bien."


NOTAS.
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[1] Cardona, Jaume. Reflexiones sobre la pandemia del covid 19. Llibres Gestalt Dimensions, pág. 15
[2] Klein, Naomi. Esto lo cambia todo: El capitalismo contra el clima. Grupo Planeta. Ed. Kindle, pos. 109-116
[3] Ver el documental "Campaign against the climate", 2020
Hay una versión gratuita en TV3: Negacionistas del candi climàtic:
En internet pueden encontrarse distintas plataformas donde puede verse.
[4] Klein, Naomi. La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Ediciones Paidós. Edición de Kindle, pág. 23
[5] Ver nota 4, pág., 47
[6] Jung C.G. Recuerdos, sueños y pensamientos. Editorial Seix Barral. Biblioteca breve, pág. 375
[7] Hadot, Pierre. No te olvides de vivir. Goethe y la tradición de los ejercicios espirituales. Editorial Siruela, pág. 89.
[8] Bechman, Gothard. Riesgo y desarrollo técnico-científico. sobre la importancia social de la investigación y valoración del riesgo. Publicado en 1995
[9] Ver nota 8 


PELÍCULAS RELACIONADAS. Pulsar título para acceder a la entrada.
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1 comentario:

  1. Excelente análisis y muy real. Da miedo... pero no se puede seguir mirando hacia otro lado. Oscar

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