AVISO. Por la naturaleza de los trabajos de este blog, el argumento e incluso el final de las peliculas son generalmente revelados.

domingo, 30 de enero de 2022

KEEPERS, EL MISTERIO DEL FARO (2018): DESEO, CODICIA Y VIOLENCIA. EL SHOCK TRAUMÁTICO.

 

Keepers, el misterio del faro (Kristoffer Nyholm, 2018), es una película (disponible en la plataforma HBO) que parte de un hecho verídico conocido como el misterio de la Islas de Flannan (un archipiélago de siete islas pertenecientes a Escocia), en la que tres fareros - Thomas Marshall (el farero principal), James Ducat (el primer ayudante) y Donald McArthur (el segundo ayudante) - desaparecieron misteriosamente en 1900 y nunca se supo nada más de ellos. Excelentes interpretaciones de Peter Mullan (Thomas), Gerard Butler (James) y Coonor Swindells (Donald), Joe Bone y Celyn Jones construyen un interesante argumento que, dirigido por Nyholm, hace pocas concesiones al público construyendo una película excelente y que, desde la perspectiva de un blog de nuestras características, nos permitirá reflexionar acerca del deseo la codicia, así como también nos permitirá observar las consecuencias y efectos del shock traumático que sufrirá el segundo ayudante James, y que desembocará en el infierno que, a partir de ese momento, vivirán vivirán los tres fareros.


I. EL FARO Y LOS FAREROS.

En este blog ya hemos visto en dos ocasiones el valor simbólico de los faros, esas luminarias situadas en la frontera que separa la tierra del mar. Lo vimos en un clásico como la película de William Dieterle, El retrato de Jennie (1948) - pulsa aquí para acceder a la entrada -, y en la reciente El faro (2019) dirigida por Robert Eggers  - pulsa aquí para acceder a la entrada -. Otras conocidas películas donde los faros tienen su protagonismo son, por ejemplo, La Niebla (John Carpenter, 1980), The ring (Gore Verbinsky, 2002), Shutter Island (Martin Scorsese, 2010) o La Piel fría (Xavier Gens, 2017). 

El faro de las islas Flannan pertenece al archipiélago de las islas hebridas exteriores que están deshabitadas. El faro se encuentra en el punto más alto de la isla Eilean Mòr, que empezó a ponerse en marcha el diciembre de 1899.


En cuanto a los fareros, los guionistas nos presentan a Thomas, el farero principal, como un personaje atormentado por la muerte de su mujer, así como de los gemelos que tuvieron en el pasado. De los tres es el más  frío y reflexivo, lo cual, como veremos es determinante en la historia que la película nos presenta. James, el primer ayudante, es un hombre sencillo que tiene su familia, una mujer y sus dos hijos, es un personaje fuerte fisicamente y amable, pero influenciable, como veremos, tanto por Thomas como por el joven Donald. En cuanto a Donald, el segundo ayudante, es un joven que carga con el estigma de ser un hijo bastardo. Impulsivo y desconfiado, perturbará el equilibrio de los tres hombres una vez aparezca la que será la fuente de discordia.

                                                              James, Thomas y Donald


II. EL ARCÓN DE LA DISCORDIA: EL OBJETO a DE LACAN.

Una tormenta y la muerte de varias gaviotas son el prekudio del problema que surgirá con la llegada a la orilla de la isla de un náufrago, aparentemente muerto, y un arcón cerrado con llave. Es Donald quien baja y quien identifica como muerto al náufrago, al mismo tiempo que deciden subir el arcón. Ese entonces cuando el náufrago despierta y ataca a Donald, quien en legítima defensa acaba golpeándole y matándole de verdad. A partir de este momento, la película toma  dos elementos como figura:

1) Los remordimientos de Donald, quien no logra, a pesar de los intentos de Thomas y de James, evitar el malestar que siente.
2) La tentación de abrir el arcón, cosa que, desde un primer momento, Thomas prohíbe a partir del instante en que James parece dispuesto a abrirlo.

No se nos pasa desapercibido que un arcón por el que un hombre ataca a otro "algo" de valor debe esconder, lo cual ya lo sitúa en la posición de objeto que contiene un misterio a desvelar. A partir de aquí ya observamos algún extraño movimiento, como que Thomas, quien prohíbe abrir el arcón, se levanta de noche y lo abre él descubriendo que en su interior esconde unos lingotes de oro. No obstante, Thomas lo vuelve a cerrar.

Ese "algo" que he definido implicaría al conocido objeto a de Lacan, es decir, el objeto causa del deseo, que lo es en tanto el algo se mantiene como algo, es decir, que el objeto causa de deseo lo es por su misterio y desconocimiento. En ese sentido el arcón es el objeto a, el objeto causa de deseo en tanto arcón cerrado, en tanto contenedor de lo desconocido (el potencial objeto deseado). En ese sentido el problema empezará en el momento en que Donald y James (éste influido por el primero) deciden, contrariando a Thomas, abrir el arcón descubriendo los lingotes de oro que esconde. En ese momento, esos lingotes adquieren el valor del objeto deseado y... codiciado. Los acontecimientos seguirán una progresiva caída en el infierno de la desconfianza, la codicia, la violencia y la muerte.

III. VIGILA CON QUE TUS DESEOS SE CUMPLAN: codicia, desconfianza y violencia.

Desvelado el objeto causa de deseo (el misterio que guarda el arcón) en el objeto de deseo en sí (los lingotes de oro), la película ilustra eso que en ciertos cuentos macabros (La pata de mono, de W. W. Jacobs,  es un ejemplo clásico) ponen de relieve: que el cumplimiento de un deseo puede ser contraproducente. En todo caso, la apertura del arcón desvelando su contenido abrirá un dilema ético que observamos en las actitudes de Donald y James por un lado, y de Thomas por otro. Veamos:

1) El surgimiento del oro hace que de repente desaparezca todo remordimiento y malestar de Donald quien, juntamente con James, están eufóricos ante el hallazgo con el que ya imaginan sus vidas solucionadas. De hecho Donald le dice a Thomas: "Ese cabrón casi me mata. Ta y como yo lo veo este es una recompensa. Tener que vivir el resto de mi vida con su rostro grabado en mi cerebro." Tanto el joven como James no reflexionan y actúan como si el arcón y el oro lo hubieran traído las olas.

2) Quien sí reflexiona es Thomas, quien aceptando repartir el oro, urde entonces la estrategia para evitar cualquier rastro de sospecha. Ante la impulsividad y codicia de Donald, Thomas arguye: "Esto es mucho más peligroso de lo que piensas. La gente se hará preguntas, y nosotros tendremos que dar respuestas. Podrás mantener tu hocico cerrado - dice mirando a Donald -", y ante una primera reacción en la que parece no querer continuar con el asunto, finalmente accede pero imponiendo sus condiciones: deshacerse del cadáver hundiéndolo con peso en el mar, repartirse el oro, enterrarlo y seguir como si nada: "No tocaremos nada en un año. Encontraré un comprador de confianza en Edimburgo y cambiaremos el oro por dinero." 

Sin embargo, y como Thomas sospecha, no tardan en llegar los dos socios del hombre del arcón, desencadenándose una serie de acontecimientos que acabará con todos los fareros.



Efectivamente,  con la llegada de los dos socios del hombre del arcón se desatan las desconfianzas y temores:

Thomas, más frío y calculador, ordena que se mantenga a parte y que ya se encarga él del tema.

Donald, siempre desconfiado, no se fía de Thomas y, a pesar de la débil reacción de James, ambos se van hacia los hombres que están discutiendo. Con su llegada no hacen más que aumentar la desconfianza de los recién llegados, para quienes se hace obvio que algo ocultan.

James se perfila cada vez más como un carácter susceptible a las indicaciones y reacciones de sus otros dos compañeros, aunque especialmente de Thomas. Se nota que entre ambos hay una relación de aprecio.

A partir de ese momento se desencadena una verdadera tormenta de violencia. Los dos recién llegados vuelven y capturan a Thomas y Donald, pero finalmente la llegada de James (a quien creían muerto) acabará con la muerte de los dos hombres. James mata a unos de ellos, y entre Thomas y Donald al otro. Thomas mantiene su frialdad manteniendo que han hecho lo que debían y que el plan sigue. Sin embargo, el drama se consolida tras descubrir que hay la existencia de un tercero al que James persigue por orden de Thomas, dándole involuntariamente muerte al alcanzarlo sin percatarse, en la oscuridad de la noche, que se trata de un joven adolescente de unos 12 o 13 años.

IV. EL SHOCK TRAUMÁTICO Y EL DESENCADENAMIENTO DEL INFIERNO.

La muerte del joven afecta a James, a quien su remordimiento y dolor le llevará al deterioro de su equilibrio psíquico. Pronto detectamos su inicial estado de enajenación, propios de los shocks traumáticos, y que es bien definido cuando le dice a Thomas: "Tengo miedo. No puedo sentir nada. Pienso en Mary y es sólo un rostro, y Lisie y Charlie, sólo rostros. No puedo..."  y que, como consecuencia, irá derivando en una pérdida progresiva del control mental que le llevará a tener reacciones cada vez más agresivas y violentas.



James proyectará todo su conflicto interno en Donald, a la vez que observa (de manera cada vez más paranoica) que él y Thomas parecen más cercanos. Tras el primer momento de explosión violenta entre los dos, James (quien se encierra en una pequeña capilla al pie del faro) le dice a Thomas: "Ese pequeño gusano bastardo te ha lavado el cerebro", y más adelante le responsabiliza de la situación: "El nos metió en esto Thomas, No le importa lo que hizo. Es una rata Thomas. ¿Lo sabes, verdad?" Observamos en todo ello la proyección en Donald (más allá de la inmadurez de este) del odio que James siente por sí mismo. Esa imposibilidad de manejar sus propias emociones (la culpa, el remordimiento y el odio) no sólo son proyectadas en Donald, sino que también, aunque de una manera distinta, sobre Thomas, desvelando lo que ocurrió con el drama de la muerte de sus hijos y de su mujer: "Todos vimos que estaba enferma, que necesitaba ayuda, pero tú la dejaste morir. Todos tendremos que pagar por lo que hemos hecho. Todos.

Donald - quien siempre piensa en sí mismo - presiona constantemente a Thomas - quien siempre se niega a hacerlo - para abandonar la isla y dejar a James, demanda que, en un momento dado, este oirá, y quien aparentemente vuelve diciendo que ya es él, pero que aprovechará el primer momento en que quedan solos con Donald para dar "el paso al acto" y asesinarle. 

En su desesperación y dolor por la situación, Thomas, sólo en la capilla, se dirige hacia su mujer y confiesa también su drama particular: "Te dejé morir... Sostuve esos bebés en mis brazos. Quería que respirarán, quería que vivieran. No fue culpa tuya, pero no pude perdonarte... No soy tan bueno como para hacerlo... ¿Me perdonas?"



Finalmente Thomas le dice a James que el oro está cargado en el barco de los que llegaron a la isla, y que deben partir. Tras deshacerse del cadáver de Donald en el mar, James le pide que también le deje a él. Thomas se niega:

Thomas: No puedo hacerlo James. Piensa en tu familia.
James: Estoy pensando en ellos, no se merecen esto: las mentiras, un asesino.
Thomas: Eres un buen hombre, eres un hombre honesto. Podemos enterrar esto.
James: No podré ocultarlo Thomas, no puedo. Solo tú podrás hacerlo, tú podrás guardar el secreto.
Thomas: No, ya no...
James: Por favor, ayúdame.

James se sumerge en el agua y pide ayuda a Thomas, quien finalmente le ayuda a ahogarse. 




La isla y el faro parecen haber devenido como el lugar en el que todos ellos penan las culpas cometidas. La película acaba con Thomas solo en el barco...