AVISO. Por la naturaleza de los trabajos de este blog, el argumento e incluso el final de las peliculas son generalmente revelados.

lunes, 11 de septiembre de 2017

REPULSIÓN (Roman Polansky, 1965): A VUELTAS CON LA PSICOSIS.

Repulsión (1965) fue el segundo largometraje rodado por Roman Polanski, después de su exitoso debut con su "El cuchillo en el agua" (1962), que fue seleccionada para competir por el oscar a la mejor película extranjera. Repulsión ha pasado ya a la historia como otra de las grandes películas de este director que cuenta con una gran interpretación (entre una de sus mejores) de Catherine Deneuve en el papel de Carol Ledoux, la joven que prácticamente desde el principio de la película inicia un descenso terrible a los abismos de la psicosis. Es una película que parece haber tenido su influencia en películas como Pi (especialmente en el diseño de un ambiente claustrofóbico) o Cisne negro (en la temática del desarrollo de la crisis en su protagonista) de Darren Aronofsky. A pesar de que por sus características daría para pensar que Polanski y Gérard Brach, sus guionistas, se documentaron sobre los aspectos clínicos de la psicosis, el director dijo que no lo hizo en absoluto. Como toda película, y por su dimensión de espectáculo, incluye aspectos que, en realidad, dificultarían un diagnóstico, aunque, y desde un punto de vista psicológico, que es el objetivo de este blog, la película nos permite reflexionar sobre distintos aspectos que van desde el retorno de lo reprimido, así como a los abusos sexuales de infancia como se da a entender en la película a partir de la foto familiar, al brote de una psicosis. Reflexionaremos un poco sobre todo ello.

I. LA FOTOGRAFÍA FAMILIAR.

En los inicios de la película, vemos como la cámara sigue a Carol observando lo que parecen ser unos juguetes de infancia, observando luego a través de la ventana una monja de un convento que está frente a la casa en la que vive con su hermana Helen (Yvonne Furneaux), y un poco después la vemos como queriendo poner algún disco de música en un tocadiscos para, finalmente, dejarlos por algo que capta su atención. La cámara sigue entonces desplazándose y nos muestra la siguiente fotografía:


En ella parecemos asistir a una escena familiar. Vemos lo que parecen ser dos parejas, una adolescente  de pelo oscuro que se apoya sobre una pierna del hombre con gafas oscuras y, más atrás, como fuera de ese núcleo, un niña de largo pelo rubio. Todo nos hace pensar que se trata de la familia de las dos hermanas. Helen la adolescente y Carol la niña. Posteriormente, en las imágenes finales de la película, se vuelve al mismo recorrido hasta llegar a la misma fotografía en la que ahora aparecen los personajes velados, excepto medio rostro de una mujer y el hombre del perro muy ligeramente velado y la imagen precisa de la niña rubia- que suponemos Carol -:



Luego la cámara sigue acercándose a ella, con lo cual podemos ir observando con más detalle su expresión, hasta continuar y perderse en el interior de allí donde se inicia la película: en los ojos de Carol.



Cuando contemplamos esta fotografía se nos plantea una duda en referencia a los acontecimientos que nos mostrará la película: ¿Los acontecimientos que suceden corresponden al retorno de lo reprimido, o bien corresponden a un retorno en lo real? Esta duda es crítica, puesto que la primera se relaciona con la neurosis y la segunda con la psicosis. La duda, y aquí tendríamos un efecto de la ambigüedad de la película es que da toda la impresión que el tema que sugiere la fotografía se relaciona con abusos sexuales de infancia, mientras que el desarrollo de la película presenta una evolución más propia de la psicosis sin obviar que las dos cosas se pueden dar. El hecho de que pensemos que se trata de una psicosis, y por lo tanto que lo que se da es un retorno de lo real, parece apoyarlo la obsesión de Carol con las grietas que, a parte de que se puedan relacionar con su requebrajamiento psíquico, también se relacionan como justamente esa fractura por la que emerge el retorno en lo real, en ese caso en forma de alucinaciones visuales y terribles pesadillas.

Las grietas.
Alucinaciones que, en Carol, tomarán la forma extrema de las manos que surgen desde esas grietas de las paredes buscando con lascivia su cuerpo.

Las manos que surgen de las grietas.

O en una imagen, ya hacia el final de la película donde vemos a Carol tener que atravesar un pasillo donde multitud de manos pretenden tocarla...

Atravesando el pasillo...

II. LA PSICOSIS DE CAROL.

Tomaremos como punto de partida en nuestro análisis, que ya desde el inicio de la película se observan en Carol elementos que nos hacen pensar que el desarrollo de la psicosis se ha puesto en marcha. Veamos:

- Estadios iniciales: la perplejidad y el enigma.

Quizá lo más significativo, desde el inicio de la película, es lo que en el inicio de los cuadros psicóticos se llama "estado de perplejidad". Se caracteriza por esa sensación que da Carol de estar sumida en una especie de ensimismamiento y de congelación emocional, así como de sensación de extrañeza, vacío de pensamiento y alelamiento que poco a poco va "in crescendo". Ese estado de perplejidad responde a lo que Lacan llamó "el enigma" o "la experiencia enigmática", es decir, el surgimiento de una pregunta para la que el sujeto no tiene respuesta (donde no hay significante que pueda responderla, para decirlo en lacaniano). Por lo que vemos en la película este enigma se relaciona con el hombre y su deseo, lo cual tiene sentido, ya que la psicosis se fundamenta en la forclusión de la función paterna, es decir, con el rechazo de la función simbólica del Padre como Ley (el significante al que Lacan dio el nombre de "El Nombre del Padre).

Quisiera, en ese sentido, indicar dos elementos que me parece que juegan una función desencadenante en la psicosis de Carol. En primer lugar, tenemos la incomodidad con la que la protagonista vive la relación de Helen con Michael (Ian Hendry) y, especialmente, cuando oye las relaciones sexuales que mantienen, los jadeos en el orgasmo de su hermana. En segundo lugar, nos encontramos con Colin (John Fraser), el joven que la corteja y que la desea. Desde esta perspectiva, hay un momento de la película que creo que es clave. Es el momento en que Colin la acompaña en coche, y al llegar al destino pretende besarla. En un primer momento Carol lo rechaza, pero luego, y esto es lo más interesante, parece pensárselo y entonces favorece que la bese. Su expresión lo dice todo...

Colin y Carol.

Permítaseme que haga una interpretación de esa expresión: ¿Es eso lo que quiere? - parece preguntarse -, pero no en un sentido metafórico o cínico, sino en un sentido objetivo. Eso constituye, a mi entender, el enigma de Carol en relación con Colin, mediatizado también por la relación de Helen con Michael: ¿Qué quiere de mi? ¿Es eso?

La forclusión (el repudio o rechazo radical de un significante en el orden simbólico) del Nombre del Padre, que impedirá el surgimiento de la función paterna como la ley que separa la niña/o del deseo materno (los que queráis profundizar en este concepto podéis consultar la entrada dedicada a Cisne negro - pulsa aquí -), retorna en lo real cuando en la vida aparece un cierto tipo de acontecimiento que le enfrenta con alguno de los sucesos cruciales de la existencia, entre los cuales se encuentra el amor y la sexualidad (como también lo son la autoridad, la muerte, el parto).  Quiero ahora citar un texto que da cuenta exactamente de la expresión de Carol ante ese encuentro con el deseo de Colin:

En esos momentos, el sujeto tiene que mantener su sexuación desde un lugar de verdad. Ahí desfallece, en el punto en que es llamado el Nombre-del-Padre responde en el Otro un simple agujero. Esto provoca, a su vez, un agujero en la significación fálica, al carecer el sujeto de la capacidad metafórica que proporciona la metáfora paterna. [1]

Es justamente a eso a lo que parece responder esa escena de la película que a mi me parece crucial. Ante el deseo del hombre (Colin, Michael), Carol no tiene respuesta... no tiene respuesta porque carece de la "capacidad metafórica que proporciona la metáfora paterna"y que estructura el deseo

- El desmoronamiento del espejo en el que se sostiene.

Otro elemento que, en mi opinión, hay que destacar, es la relación de Carol con su hermana Helen. No en vano la crisis de nuestra protagonista se agrava definitivamente tras su partida de viaje con Michael. A partir de ese momento Carol entrará en un agravamiento progresivo que la llevará al segundo estadio de la crisis psicótica: el desarrollo de las alucinaciones. Mi opinión es que Helen juega el papel de lo que se ha llamado relación de espejo en las psicosis, es decir, un modelo al que imitar o al que seguir:

lo imaginario continua predominando en la psicosis, y lo simbólico, en el grado en que es asimilado, queda "imaginarizado": es asimilado no como orden radicalmente diferente que reestructura el primero, sino simplemente por imitación de otras personas. [2]

Helen y Carol.

Es decir, que el espejo actúa como un parche del significante, y este parche sostiene al sujeto psicótico proporcionándole un punto de equilibrio que, no obstante, siempre se halla al borde de la inestabilidad.

La relación en espejo según la imagen puede sostener una distancia a lo largo de toda una vida, salvo que un día no logre proporcionar la respuesta exigida por la novedad de la aparición de tal o cual acontecimiento. En efecto, para responder a ella, el modelo de las significaciones que dan los otros (los otros con minúsculas: a' ---> a) ya nos basta para echar luz a la conducta requerida. [3]

Inestabilidad que en Carol llegará con Michael y con Colin, con los que surgirá el "enigma", y que se acentuará definitivamente con la marcha de Helen con Michael de viaje en un momento tan crítico (justo en el momento de la despedida de Helen con Carol, ésta aun le pide por favor que no se vaya). La desaparición momentánea de Helen no hará más que precipitar la caída en el abismo psicótico de Carol.

- Las alucinaciones sin estructuración de delirio.

Carol trabaja como manicurista en un centro de belleza. El mismo día después de partir su hermana oye a una clienta decir las siguientes palabras a una compañera de trabajo:

Sólo hay un medio de tratar a los hombres. Tratarlos como si te importaran un bledo [...] No piensan más que en una cosa, aunque la verdad, no creo que sea para tanto. Pero es una idea fija, y cuanto más les haces suplicar, más felices se sienten.

Justo después de escuchar estas palabras, Carol cae en un estado pseudocatatónico más fuerte de lo que hasta entonces había sucedido... La hacen volver a casa para que se recupere. Y, efectivamente, tras la marcha de Helen, la sintomatología de Carol empieza a enfatizarse. El estado de perplejidad se agudiza en todas sus manifestaciones y empiezan a sugerirse las primeras alucinaciones (el sonido de grietas que resquebrajan la pared, llamadas de teléfono sin que nadie responda, atrancamiento de puertas para que no entren en la habitación...  - "No piensan más que en una cosa [...] Pero es una idea fija"-). Polanski utiliza muy bien el recurso cinematográfico de confundir la realidad con la alucinación (Una Mente maravillosa o Shutter Island utilizan el mismo recurso). Tras esto llegan las primeras alucinaciones como la entrada de un hombre en su habitación y la violación posterior. Si observamos bien las imágenes, veremos que el hombre que entra en la habitación es el mismo albañil que al inicio de la película la piropea al pasar a su lado. A partir de este momento las alucinaciones y pesadillas invaden el mundo de Carol: manos que salen de las  grietas de las paredes, hombres que la violan, llamadas telefónicas... Así, tras los primeros movimiento del estadio de perplejidad y la inconsistencia de la relación de espejo sucede:

un segundo movimiento, donde se produce la anticipación de una significación nueva, adelantando el sujeto una significación cualquiera ante la angustia que le provoca el vacío anterior (el enigma y la perplejidad). Así, en este segundo movimiento, aparece la alucinación, que tiene siempre carácter de injuria sexual, explícita o alusiva, porque está hecha sobre el material de la sexuación que falta. Esta alucinación es un retorno en lo real del significante excluido, que tiene como función colmar el vacío de significación y la perplejidad en la que está sumido el sujeto, siendo el elemento dominante la certeza. [4] - la negrita es mía -

Junto a las alucinaciones también vemos otra característica de este tipo de psicosis que es el automatismo de la conducta sin objetivo o sin sentido. Así la vemos deambular por casa planchando con la plancha desenchufada, el plato del conejo que queda en la casa sin ningún motivo, etcétera).

He titulado este apartado como "las alucinaciones sin estructuración de delirio", porque lo que se considera el tercer movimiento después del estadio de perplejidad y las alucinaciones, es la estructuración del delirio que en Carol no se va a dar. Recordemos que el "delirio" es el intento de estructuración o de reconstrucción de los sucesos alucinatorios que le acontecen al psicótico en un intento de dar respuesta al enigma. Es por ello, y desde esta perspectiva, que la psicosis de Carol se trate probablemente de una esquizofrenia desorganizada o hebefrénica, como también deducimos de la degradación del apartamento que sigue en paralelo a la progrevisa degradación psíquica de Carol.

El tema de los asesinatos de Colin y del casero del piso donde viven las hermanas es un elemento que forma ya más parte de la película para darle esa dimensión de terror, pues estos son hechos que no suelen darse, y que son muy raros en la clínica.

Colin y Carol instantes antes del asesinato.

III. OTRAS LECTURAS COMPLEMENTARIAS: LA FORCLUSIÓN LOCAL.

Evidentemente, y como ya dijimos al principio, estamos trabajando sobre la base de una película y el diagnóstico que podemos establecer siempre hay que tomarlo un poco entre comillas. El tema de los abusos sexuales de infancia (los ASI), y también de los abusos físicos, es un elemento, no obstante, a reflexionar, puesto que según algunos investigadores como John Read (Sociedad psicológica de Nueva Zelanda) o Paul Hammersley (Universidad de Manchester) indican que en más de 50 estudios realizados, dos tercios de las poblaciones analizadas presentaban este tipo de abusos.

Obviamente también podrían coincidir ambas cosas: la psicosis y los abusos. En este sentido se ha propuesto para el caso de Carol la posibilidad, en el blog de Francisco Traver [5], de tratarse de una psicosis histérica de carácter traumático, lo que probablemente implicaría profundizar, para comprender la convivencia entre el retorno de lo reprimido y el retorno en lo real de un concepto que sobrepasa los límites de este blog, pero que introduciremos de una manera básica, y es un tipo de forclusión propuesta por el psicoanalista lacaniano Juan David Nasio al que llamó "forclusión local" y que, en principio daría cuenta de que ambos retornos, el de lo reprimido y el de lo real, pudieran darse. Dice este psicoanalista:

No puedo aceptar que pretendamos, como se pretende a veces, dar cuenta de la psicosis sólo por el mecanismo de la forclusión. Sin negar su importancia, probablemente es muy importante en cuanto al desencadenamiento de la psicosis, es parcial como respuesta, es muy modesto y no nos contenta como explicación. [5]

Como alternativa propone el concepto de "forclusión local" que se basaría en que considera que la psique consta de distintas estructuraciones o realidades psíquicas coexistentes a las que llama "realidades psíquicas locales":

¿Qué quiero decir con eso? Quiero decir que la realidad psíquica en la relación con mi hijo no va a ser la misma realidad psíquica en relación con mi madre, y no va a ser la misma realidad psíquica que en relación con mi analista, y no va a ser la misma realidad psíquica con el padre muerto, y no va a ser la misma si yo cometo un pasaje al acto, y no es la misma si yo alucino. En fin, nuestra vida psíquica está compuesta de diferentes realidades psíquicas coexistentes, en la que una puede dominar en un cierto momento y dejar que otra domine en otro. [6]

El planteamiento de Nasio es entonces que hay una forclusión que se halla inserta dentro de una realidad local que coexiste con otras realidades, donde lo que impera es la represión. Desde este punto de vista, quizá el encuentro con el deseo del hombre constituye esta forclusión local para Carol, mientras que los asesinatos podrían corresponder a la liberación del odio latente en ella hacia el hombre por la más que probable experiencia traumática de un abuso infantil (de ahí la foto).

Michael recogiendo a Carol

Soy consciente de que este es un punto que cabría desarrollar más ampliamente, pero una película no es lo idóneo precisamente por las incongruencias que incluye por su dimensión de espectáculo. En todo caso Repulsión es una gran película del género de terror que cuenta con una gran interpretación de Catherine Deneuve y que, en todo caso, si cuenta con suficientes elementos psicológicos que nos permiten reflexionar sobre todos estos elementos.

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[1] http://postpsiquiatria.blogspot.com.es/2012/02/los-fenomenos-elementales.html
[2] Fink, Bruce. Introducción clínica al psicoanálisis lacaniano. Gedisa Editorial, pág. 108
[3] Julien, Philippe. Psicosis, neurosis y perversión. Amorrortu Editores, pág. 47
[5] Entrevista a Juan David Nasio. Realizada en la APdeBA el 16 de agosto de 1996
[6] Ídem anterior.